Por Edgar Hernández Clemente

Tapachula, Chiapas.- En noviembre del 2010 el gobernador de esta entidad, Juan Sabines Guerrero, acompañado del Presidente de la República, Felipe Calderón, inauguró la Planta de Biodiesel ubicada en Puerto Chiapas, presumiendo la capacidad de producción de hasta 20 mil litros diarios de este energético amigable con el medio ambiente.

El proyecto tuvo una inversión de 21 millones de pesos del gobierno estatal y 15 millones de la administración federal.

A más de un año de la inauguración, como muchos otros proyectos gubernamentales, esta planta se encuentra inoperante y peor aún descompuesta, según confirmaron fuentes cercanas a Biodiesel de Chiapas, institución encargada de la operación.

Lo anterior fue confirmado al realizar un recorrido por el lugar en donde efectivamente la planta luce en situación de abandono, con apenas unas tres personas laborando y sin actividad industrial como tal. Incluso un joven montado en una escalera repara cables y tuberías, lo que reafirma la situación de fallas técnicas.

“Lo que yo sé es que están reparando algunas tuberías que presentaron fallas y por eso la planta no opera al cien”, comenta fuera de grabadora la fuente que pide la omisión de su identidad.

En el lugar, al fondo de las instalaciones se observan tambos azules de 200 litros vacíos y arrumbados. Y frente a los cuatro tanques almacenadores del supuesto biodiesel se observan recipientes cuadrados con capacidad para mil litros, estos también completamente vacíos. No se aprecia ni una gota de biodiesel. Incluso fuentes extraoficiales señalan que la planta podría cerrar.

Al recorrer la zona, varios pobladores confirman que desde que fue inaugurada se encuentra en estas condiciones, no se aprecia el ingreso constante de tanques o camiones que trasporten el aceite de palma o jatropha para la producción de biodiesel y mucho menos de esas plantas para la extracción del aceite.

En un intento por hablar con personal encargado en el lugar, estos negaron la posibilidad de proporcionar información, bajo el argumento de que no están autorizados para ello. Dijeron que si quería información tendría que ir directamente a Tuxtla Gutiérrez, ya sea al Instituto de Reconversión Productiva o a Biodiesel de Chiapas.

El proyecto inicial contemplaba que el biodiesel producido en esta planta serviría para utilizarlo en la operación del autotransporte Conejobus y Tapachultecobus.

¿Pero sí la planta está inoperante de donde traen biodiesel para los autobuses?

La pregunta es respondida extraoficialmente por personal de la empresa TECNASUR (Tecnologías y Naturaleza del Sureste S.A. de C.V.), la cual estableció un convenio de colaboración con el gobierno estatal en 2007 para extraer aceite de palma y jatropha en Chiapas. El aceite, señala la fuente, es llevado al centro del país y allá convertido a biodiesel, posteriormente devuelto a Chiapas para su uso.

El alto costo de producción del biodiesel obligaría a los transportes como el “Tapachultecobus” y “Conejobus” a no usar 100% biodiesel, sino una mezcla con el diesel tradicional. Personal del “Tapachultecobus”, presume que sus unidades utilicen 20% biodiesel y 80% diesel.

Esto coincidiría con lo dicho por la SAGARPA a través de su área de Bioenergéticos, que en su portal de Internet sobre aspectos técnicos del biodiesel establece que “dependiendo de su calidad puede ser empleado directamente en motores diesel o combinado con diesel fósil para aumentar la lubricidad de éste último, ya que el biodiesel suele ser más denso”.

El gobernador Sabines en 2008 encabezó el establecimiento del huerto madre de piñón en el municipio de Cintalapa con el propósito de alcanzar una cobertura para 24 mil hectáreas. Para 2011 el gobierno del estado habla apenas de 10 mil hectáreas de piñón y cerca de 50 mil de palma de aceite.

La SAGARPA también informa que según información de la empresa Kuo-Rexel, para abastecer una industria para producir biodiesel, a partir de la especie de Jatropha Curcas, se requieren de alrededor de 40,000 hectáreas de plantaciones forestales comerciales para abastecer en forma sostenida dicha planta. Si en Chiapas apenas hay 10 mil határeas, según cifras oficiales faltarían otras 30 mil.

Sin embargo, se han consignado voces de productores que denuncian no estar satisfechos con la comercialización de su producto, la jatropha, porque ésta es baja y no coincide con lo augurado por el gobierno del estado, por lo que advierten la posibilidad de regresar a sus cultivos tradicionales como jícama, yuca, camote, cacahuate, maíz, frijol, entre otros.

Otro dato revelador es que se estaría produciendo biodiesel a base de aceite de desecho de restaurantes y no de la jatropha o de la palma de aceite. Y es que empleados de rosticerías de pollo y otro tipo de restaurantes donde realizan un alto uso de aceite comestible confirman que a sus negocios han llegado a solicitarles sus residuos de aceite debidamente envasados, con quien sabe qué fines.

Esto coincidiría con lo informado por el gobierno del Estado en uno de sus comunicados en diciembre del 2010. “El jefe de Planta de Biodiesel, Manuel Espinosa Ovando, explicó que el proceso de fabricación del combustible, tiene que pasar algunos estándares de calidad, luego de que se extrae del aceite de palma, jatropa y piñón, o aceite reciclado que se utiliza para la alimentación”.

Lo cierto es que el Gobierno federal y del estado inauguraron con bombos y platillos la Planta de Biodiesel en noviembre del 2010, y a poco más de un año de eso el proyecto presenta deficiencias que han querido ser ocultadas por las autoridades, pues eso significaría que los millones de pesos invertidos ahí no estarían dando los resultados esperados.