Carlos Alberto Villaseñor Perea, rector de la Universidad Autónoma de Chapingo, respaldó las iniciativas que contemplan reposicionar a las instituciones públicas en materia de educación e innovación agropecuaria, pero demandó que se tomen en cuenta a los investigadores de las universidades.
“Podemos apoyar en la producción de alimentos. Tenemos expertos en distintos cultivos, además de los que se especializan en la producción pecuaria y forestal”, es decir, agregó, las universidades agrarias “pueden respaldar al campo con capacitación técnica”.
Planteó diferenciar los apoyos económicos en función de las necesidades de cada productor y el lugar donde desempeñen sus actividades. “Tenemos geografías disparejas, no es la misma situación en el sur que en el norte”, afirmó, por lo que se deben considerar las oportunidades naturales y generales de las diferentes áreas del país.
También instó a asegurar en la reforma al campo condiciones para que los egresados de las universidades agrarias regresen a apoyar sus comunidades. “Con esto se evitaría el problema de la migración. El campo se está quedando sin jóvenes”, enfatizó.
Por su parte, el dirigente del Congreso Agrario Permanente, José Duran Vera, insistió en establecer que los dueños de la tierra sean parte de los negocios que avizora el país en el marco de la reforma energética.
“Proponemos la generación del observatorio agrario, instancia de las organizaciones campesinas, que permita vigilar el contenido de los contratos, pues no existe en la ley forma específica de asegurar el pago comprometido en las contraprestaciones”, detalló.
Se pronunció por no violentar el régimen de la propiedad agraria en el país, elemento central de la demanda campesina. Para que haya verdadera con tal causa, dijo, “planteamos que el gobierno federal detone la rentabilidad y la competitividad del campo”.
Asimismo, consideró esencial una recomposición del presupuesto y de la Sagarpa para crear la subsecretaría de la economía campesina, y un monto mínimo de 40 mil millones de pesos para generar condiciones de rentabilidad de las finanzas campesinas.
Marco Garrido y Zayas, representante de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México, señaló que para reactivar el campo se requiere de una reingeniería, impulsar el reordenamiento del marco jurídico, reactivar las políticas públicas y programas enfocados en la sustentabilidad, y fomentar la producción agrícola, a través de la agrupación de los pequeños productores.
Salvador Rivera Castrellón, presidente de la Unión Nacional de Transporte Campesino (Untrac), sostuvo que dentro de la Reforma del Campo se deben establecer mecanismos para que este sector cuente con financiamientos iguales a los que se brindan en Estados Unidos y Canadá, lo cual permitirá prestar un servicio a precio al transportar los productos agrícolas a esos países.
Juan Arizmendi Hernández, presidente de la Unión Nacional Productores Pecuarios, propuso que la Reforma contemple implementar un programa de fortalecimiento de los productores para que esta actividad no desaparezca, pues en la actualidad la edad promedio es de 60 años.
Por otra parte, planteó que para que el sector mantenga índices de autosuficiencia, se debe desarrollar la agricultura y ganadería en las regiones del trópico.
En tanto, René Ávila Nieto, representante de la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café (Amecafé), afirmó que la transformación integral del campo tendrá que representar un impacto social amplio, donde se tome en cuenta a todos los involucrados, a fin impulsar el crecimiento y la competitividad del campo.