En gran parte de los videojuegos que se comercializan en México y que están al alcance de niños y jóvenes se “alientan” prácticas contrarias a los derechos humanos como la tortura, el racismo, la xenofobia, la discriminación, las matanzas o las ejecuciones, advirtió el senador Carlos Alberto Puente Salas.
Reconoció que esta forma de entretenimiento también contribuye al desarrollo de habilidades por medio de la enseñanza interactiva, pero en diversos títulos infantes y adolescentes son protagonistas de conductas ilícitas virtuales y tienen como misión secuestrar, asesinar, violar o discriminar para obtener puntos o recompensas y avanzar en diferentes niveles.
El legislador del Partido Verde Ecologista de México destacó que junto con la televisión e Internet, los juegos de video ejercen una gran influencia en los menores y en diversos estudios de opinión son considerados por ellos como la mejor opción para manejar el tiempo libre.
Actualmente, agregó, existe un debate no resuelto sobre sus efectos en la conducta de niños y adolescentes, pero es claro que desempeñan un papel importante en el desarrollo, educación y entretenimiento y al igual que cualquier otro juguete, pueden fomentar actitudes que no estén en la línea del respeto a los valores o parámetros de la conducta humana.
Consideró que un factor importante para eliminar las conductas violatorias de derechos humanos es incidir positivamente en los medios de socialización con la finalidad de contribuir en la modificación de patrones socioculturales de la sociedad.
Sin embargo, pese a la importancia que han obtenido los juegos electrónicos no existe una normatividad que garantice el control de su acceso a los menores de edad.
Hizo notar que desde el comienzo de su difusión, la preocupación de padres y educadores se orientó hacia los peligros que su empleo puede provocar en la infancia, ya que algunas presentaciones han sido acusadas de “potenciar” un clima de hostilidad manifiesta, de provocar adicción y ser “causantes indirectos de comportamientos antisociales”.
Ello, resaltó Puente Salas, tiene mucho que ver con los contenidos porque existe un alto número de juegos de video violentos, sexistas y racistas que son muy poco recomendables para la formación de niños y adolescentes.
Además, son peligrosos para niños que padecen epilepsia, ya que emiten estímulos al cerebro que pueden activar o desencadenar crisis convulsivas, y elevan la posibilidad de problemas ergonómicos, oculares, tensión muscular, visuales e incluso presión arterial alta.
En este panorama, el senador por Zacatecas explicó que las empresas se han visto obligadas a incluir en los juegos una serie de advertencias sobre determinados peligros para quienes los utilizan, pero lejos de desaparecer “han recibido mayor impulso”.
Por ello, se pronunció por reformar la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal y expedir la Ley Federal de Clasificación de Videojuegos, con el propósito de evitar que se vendan sin que se encuentren previamente clasificados y autorizados por la autoridad competente.
También pidió que se prohíba la venta o alquiler a niños y adolescentes de videojuegos que presenten la comisión de hechos calificados como delictivos o hagan apología de los mismos, contengan imágenes o referencias de carácter pornográfico y sean contrarios a los derechos humanos.
El legislador sugirió sanciones de amonestación, clausura temporal o definitiva de los espacios o locales a quienes los comercialicen sin la autorización correspondiente.
Del mismo modo planteó que la Secretaría de Gobernación vigile que se mantengan dentro de los límites del respeto a la vida privada, a la paz, moral pública, la dignidad personal y que no ataquen los derechos de terceros, ni provoquen la comisión de algún delito o perturben el orden público.