Uno de los grandes problemas que enfrentará el país en los próximos años, será el crecimiento urbano en la frontera norte, pues por sus condiciones climáticas, requiere gran cantidad de energía y no cuenta con recursos hídricos suficientes, cuya demanda incrementará conforme aumente su población, advirtió María Teresa Gutiérrez Vázquez de MacGregor, doctora honoris causa por la UNAM.
En el encuentro Diálogos académicos, del Instituto de Geografía (IG), señaló que también es indispensable analizar la dinámica de núcleos de hasta 100 mil habitantes, identificados como “ciudades pequeñas”, para determinar su papel en la conformación del perfil urbano de México.
Las grandes metrópolis son el centro de las investigaciones en este campo. Por ello, explicó, poco se indaga acerca de las transformaciones en las menores, en el contexto de cambios en el modelo económico mundial, que han modificado los factores determinantes del crecimiento.
“Las primeras conclusiones al respecto dictan que estas localidades adquieren mayor protagonismo, su crecimiento señala un gran dinamismo y variedad de funciones, sus indicadores básicos son distintos a los de grandes núcleos, y algunas de ellas son una alternativa para descongestionar las grandes concentraciones demográficas”.
También, se deben destacar cambios en la migración interna. Desde la mitad del siglo XX, en que el Distrito Federal era el destino principal de los emigrantes del campo, hasta la actualidad, como principal expulsora de población, refirió en el auditorio Francisco Díaz Covarrubias, del IG.
Con ello, explicó, se modificaron los patrones de movilidad espacial, la redistribución demográfica, y se redujo el crecimiento de la zona metropolitana del Valle de México.
Los desplazamientos migratorios originados en áreas urbanas, que se dirigen a otras ciudades, se vuelven más importantes. Éste es un asunto que requerirá de mayor atención por parte de los especialistas, sobre todo de los geógrafos, concluyó.