Según las estadísticas, los trabajadores aumentan su probabilidad de acceder a empleos mejor pagados a medida que incrementa su escolaridad.
La población en edades de entre los 25 a 64 años que tiene estudios universitarios percibe ingresos 76% mayores que quienes alcanzaron la educación preparatoria1. Razón de más para que no abandones tu sueño de ser una doctora, un arquitecto, una abogada, un contador… e inviertas en tu educación.
La falta de espacio en las universidades públicas y la ausencia de recursos económicos hoy ya no son un impedimento para que sigas adelante con tu proyecto educativo, existen instituciones gubernamentales que ofrecen financiarte la carrera en la universidad privada que tú quieras con planes de pago accesibles. Dedicamos este artículo central a presentarte algunos de estos esquemas.
Al principio pagas poco
El Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior lo ofrecen en conjunto: Nacional Financiera (Nafin), instituciones bancarias y algunas universidades privadas del país.
Te dan crédito para pagar tanto la inscripción como las colegiaturas. El monto máximo que te prestan para estudiar la licenciatura es de $215,000 y para posgrado es de $280,000. La tasa depende de la institución financiera que te otorgue el crédito, pero la más alta es del 13.90%. El plazo máximo a financiar (incluyendo el periodo de estudios) es de 15 años.
El trámite lo puedes realizar directamente en la universidad de tu elección (siempre y cuando participe en el programa), en Nafin o en la institución financiera de tu preferencia. Para acceder al financiamiento deberás cumplir con los siguientes requisitos: tener nacionalidad mexicana, ser aceptado por la universidad, contar con un aval u obligado solidario, tener promedio mínimo de siete (en tu constancia de estudios del año anterior) y que ni tú, ni tu aval tengan notas negativas en el buró de crédito.
Una de las ventajas es que en ningún momento tocas el dinero, pues éste se le entrega en parcialidades y de forma semestral a la universidad que elegiste, así los recursos cumplen con la función que te has propuesto y no tienes la tentación de gastarlo en otros conceptos. Por ejemplo, si te autorizaron $215,000 y tu carrera se divide en 10 semestres, cada semestre se le entregará a tu escuela $21,500 por concepto de colegiatura. Si el crédito no te alcanza para cubrir el semestre, la diferencia correrá por tu cuenta; solicitar una beca puede ser una alternativa.
Mientras estés estudiando solamente se te pide que pagues cada mes los intereses generados, es decir, no te exigen el pago del capital. Al concluir tu carrera tienes mínimo seis meses como periodo de gracia (en los que seguirás pagando intereses), la idea es que en ese tiempo empieces a trabajar. Al término de este periodo comenzarás a pagar mensualidades fijas durante el tiempo establecido (máximo 10 años), hasta cubrir el monto total del crédito.