Rafael Pacchiano Alamán, subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), afirmó que la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México tiene dos virtudes principales: cambiar la vida de la zona oriente, la cual en la actualidad se encuentra degradada en materia ambiental, y operar con energía verde.
Durante el “Foro Legislativo para la Concientización de un Medio Ambiente Sostenible”, organizado por la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, presidida por la diputada Lourdes Adriana López Moreno (PVEM), el funcionario destacó que la obra permitirá la reforestación de más de tres mil hectáreas, es decir cuatro veces más el área verde del bosque de Chapultepec, por lo que se le dotará de un gran pulmón a la región.
Agregó que el diseño arquitectónico pretende obtener la certificación Leed Platino, la cual se encarga de acreditar a las construcciones como amigables al medio ambiente; el máximo porcentaje que se otorga son 110 puntos y el gobierno mexicano busca para esta obra 88 puntos, explicó.
Dijo que otro de los grandes beneficios ambientales será que el inmueble funcionará con una huella de carbono neutra, es decir, que todas las emisiones que se generen por operación serán compensadas utilizando energía verde.
Precisó que la energía se obtendrá del gas metano generado por el tiradero del Bordo Poniente y por energía solar.
Con la certificación Leed, el nuevo aeropuerto tendrá un consumo básico de agua de dos mil 600 metros cúbicos por día; además, el recurso será reutilizado, de manera que se usarán mil 700 metros cúbicos cotidianamente, menor a la demanda actual, consideró.
Precisó que se pondrán en operación 24 plantas de tratamiento de aguas negras, 21 ya funcionan y habrá tres adicionales; se entubarán 180 kilómetros de drenajes de aguas negras a cielo abierto, beneficiando a las zonas urbanas cercanas del aeropuerto que se inundan; se realizarán rellenos sanitarios en los tiraderos clandestinos y se aprovechará el gas de metanol que emiten.
En cuanto a las aves migratorias, resaltó que se aumentarán los espejos de agua pasando de mil 700 a dos mil 700 hectáreas, y se trabaja en la integración de un grupo de científicos para llevar estas especies a otras regiones.