¿De veras?
En México el cáncer cervicouterino (CaCu) es un problema de salud pública, se reconoce como la segunda causa más frecuente de cáncer en la mujer y se ha documentado que ocurren aproximadamente 9 muertes por día debido a la misma, señaló el Senador Francisco Salvador López Brito.
Preocupado por la alta tasa de incidencia de este padecimiento que afecta a 23.3 por cada 100 mil habitantes, y por los casi 14 mil casos nuevos al año, el legislador federal presentó un punto de acuerdo en el cual solicita a los titulares de la Secretaría de Salud y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, así como a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, realizar los ajustes presupuestales necesarios a fin de incrementar 4 millones 260 mil 400 pesos el presupuesto destinado al Instituto Nacional de Cancerología para el 2016.
Con este aumento se podrá dotar de más equipo de investigación, recursos humanos e insumos para los pacientes atendidos bajo el Modelo Integral para la Atención del Cáncer Cervicouterino (MICAELA), así como también garantizar la continuidad de este estudio considerando los recursos económicos en los siguientes cinco periodos presupuestales, resaltó el senador panista.
“En el Instituto Nacional de Cancerología (INCAN) se reciben alrededor de 500 mujeres al año que padecen CaCu y, desafortunadamente, el 80% de ellas se diagnostican con enfermedad localmente avanzada, por lo que requieren tratamientos especializados como la quimioradioterapia”, mencionó el senador López Brito, integrante de la Comisión de Salud.
Asimismo, destacó que el 30% de las pacientes que padece CaCu presenta otros trastornos como: enfermedad renal crónica, diabetes mellitus, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, así como pacientes en edad avanzada, entre otras, que las convierte en vulnerables a ciertos tratamientos, motivo por el cual las pacientes deben ser manejadas individualmente con terapias que permitan alcanzar el máximo beneficio de Supervivencia Global.
“A diferencia de Estados Unidos y Europa, en México la detección del cáncer cervicouterino se realiza en las etapas más tardías, lo cual indica que las campañas de prevención no son lo suficientemente efectivas y a su vez, no contamos con los indicadores adecuados que nos permitan erradicar el CaCu”, precisó López Brito.
Desafortunadamente esta enfermedad afecta a las mujeres que tienen mayores desventajas económicas, sociales y culturales. La muerte prematura por cáncer cérvicouterino se presenta principalmente en mujeres pobres, personas con discapacidad, de origen rural e indígenas, lamentó.
La presente administración ha dispuesto como prioridad la atención del CaCu en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en el Programa Sectorial de Salud y en los programas de Acción Específica de Cáncer de la Mujer y de Igualdad de Género; aunque estos esfuerzos han sido útiles para contener el avance de la enfermedad, los datos demuestran que son insuficientes para resolver el problema de manera integral, además de que diversas instituciones especializadas en el tratamiento del CaCu cuentan con recursos escasos para dar la mejor atención a las pacientes y realizar estudios de investigación.
Actualmente el INCAN brinda atención a las pacientes a través del seguro de gastos médicos catastróficos de la Secretaría de Salud, el cual tiene un costo aproximado de 60 mil pesos por paciente. Se pretende beneficiar alrededor de 500 mujeres al año, por tanto el INCAN aportaría alrededor de 30 millones de pesos anuales. Por otro lado, el Conacyt apoyará el proyecto con una aportación única de 500 mil pesos para infraestructura con la asignación de una investigadora, informó el Senador.
Por todo lo anterior, el legislador federal urgió a la Secretaria de Salud a realizar los ajustes presupuestales necesarios para destinar 4 millones 260 mil 400 pesos más al presupuesto asignado al Instituto Nacional de Cancerología para el próximo año, para el estudio de “Evaluación del Impacto del Modelo Integral para la Atención del Cáncer Cérvicuterino Localmente Avanzado (MICAELA) y, con ello, beneficiar a las pacientes con CaCu.