El Senado de la República rechazó la resolución preliminar del Departamento de Comercio de Estados Unidos, que da por terminada la investigación iniciada en 1996 por supuesto dumping en las importaciones de tomate procedente de México.
Asimismo, pidió al Ejecutivo federal que tome las acciones necesarias, a fin de lograr que se continúe con el acuerdo de suspensión y lo exhortó a que participe en el procedimiento administrativo en el que se decidirá si se termina o no el acuerdo binacional relacionado con los precios del tomate.
La Cámara de Senadores dejó en claro que respaldará al gobierno federal en la instrumentación de medidas de reciprocidad necesarias en respuesta a las acciones desarrolladas en Estados Unidos, que pudieran afectar los intereses comerciales mexicanos y a los trabajadores, productores, comercializadores y consumidores en ambos lados de la frontera.
Los legisladores recordaron que el 28 de octubre de 1996 se firmó el “Acuerdo de Suspensión de la Investigación del posible Dumping del Tomate Fresco Mexicano” entre el Departamento de Comercio y más de 950 productores y exportadores mexicanos.
Explicaron que ese convenio tuvo como propósito suspender temporalmente la realización de la investigación por posible dumping iniciada a petición de productores de Florida, lo que ha permitido a los comerciantes mexicanos exportar tomate fresco libre de aranceles a ese país.
Sin embargo, mencionaron que “en un acto apresurado, el Departamento de Comercio atendiendo más al proceso electoral norteamericano determinó la procedencia de la petición de los productores de Florida y la posible cancelación de la Investigación de 1996 y el Acuerdo”.
Al respecto, el senador priista Aarón Irízar López indicó tan sólo el año pasado 2 mil 900 millones de libras de tomate fueron exportadas a Estados Unidos, lo que generó ganancias por mil 800 millones de dólares.
En este sentido, mencionó que de cada dos tomates que se consumen en ese país uno es mexicano, por lo que de no dar continuidad a este acuerdo se afectaría a la economía de México y a los más de 350 mil jornaleros agrícolas.
En tanto, el senador panista Francisco López Brito destacó que el convenio beneficia a las industrias y consumidores en Estados Unidos, por lo que eliminar el tomate mexicano podría incrementar su precio y generar desabasto.
Asimismo, advirtió que para nuestro país “habría una sobreoferta, ya que se siembran 57 mil hectáreas de la cuales se exporta más de la mitad de lo que producen”.
Por su parte, el senador perredista Fidel Demedecis Hidalgo comentó que la pretensión del gobierno de Estados Unidos “es una prueba más de que el Tratado de Libre Comercio para América del Norte es lesivo para México, especialmente para el campo”.
El legislador por Morelos aseguró que no hay elementos violatorios por parte de los tomateros mexicanos que permitan a ese país echar abajo el acuerdo que tiene más de 16 años y “lo que pretenden es crear condiciones favorables para ellos”.
Sobre el tema, el senador Carlos Alberto Puente Salas, del PVEM, expresó su preocupación porque los estados productores de tomate “se encuentran en la antesala de una crisis debido a la dificultad que enfrentarán para colocar sus productos en el mercado estadounidense”.
La suspensión del acuerdo --agregó-- implica que más de 950 productores mexicanos tendrán que pagar un arancel elevado para poder exportar dicho producto a Estados Unidos.