“La desigualdad en México está creciendo, pues la brecha entre los que más y menos tienen aumenta”, afirmó tajante el director general de Desarrollo Regional de la Sedatu, Jorge Carlos Díaz Cuervo, al reconocer que el 10 por ciento de la población más pobre concentra el 1.2 por ciento de los ingresos totales del país, mientras que el más rico reúne el 36.7 por ciento.

Al participar en un foro organizado por la Cámara de Diputados, señaló que para evitar dicha tendencia es necesario crear instrumentos de medición y priorización de proyectos “multi-criterio” que permitan valorar y ponderar impactos financieros, entre otros, a fin de articular todo el territorio nacional.

El funcionario de la Sedatu sugirió modificar la Ley de Planeación para que esta secretaría de Estado obtenga un papel importante en el proceso de definición de proyectos de impacto regional y se pueden alinear presupuestos y el ejercicio de recursos hacia perspectivas regionales.

Destacó que la desigualdad social en México se expresa en términos regionales-territoriales, ya que el 84 por ciento de la población habita en los sistemas urbano-rurales, generando que estos territorios sean más competitivos y productivos, mientras que otros mantienen un índice de productividad por debajo de la media nacional, tal es el caso de la zona sur-sureste.

Lo anterior, continuó, se relaciona con la distribución del ingreso, ya que tan sólo en el 2007 la diferencia en el número de veces entre el ingreso promedio del 10 por ciento más pobre y el 10 por ciento más rico era de 26.8 por ciento, mientras que para el 2011 subió  30.5 veces.