Guillermo Pimentel Balderas
Erick Navarrete Aguilar, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México, anunció que el gremio que encabeza promoverá juicios de amparo contra el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, porque ha causado daños económicos a esta industria en la venta de pan de dulce, propiciada por una caída, en lo que va del año, del 15% en el consumo del alimento.
Aseguró que como resultado de la aplicación de este impuesto a productos de bizcochería, el consumo ha tenido una caída alarmante por parte de la población de bajos recursos y advirtió que “ante la falta de liquidez de nuestros clientes, se traducirá en cierres y despidos de trabajadores cuya plantilla es actualmente de 400 mil panaderos y empleados”.
Sobre todo, lamentó el hecho de que se está lesionando la alimentación de quien menos tienen, esa población que según la “Cruzada Nacional contra el Hambre” es de 7.4 millones de mexicanos y cuya condición es de pobreza extrema y carencia alimentaria severa.
De ese total, recordó, 3.67 millones están en zonas urbanas y 3.73 millones en zonas rurales, entonces ese sector es el más afectado con el impuesto al pan de dulce.
El presidente de CANAINPA, sostuvo que la afectación a la industria panificadora nacional por el IEPS está desde el pasado 1 de enero de este año ya que involucra a todos los productos de bizcochería.
Por ello, insistió, el impuesto del ocho por ciento ha causado un triple efecto negativo al sector y “es necesario manifestarnos en contra, ante un daño que calculamos como irreparable”.
Erick Navarrete Aguilar aseguró que con este impuesto se promueve el comercio informal e ilegal, ese que no paga impuestos, ni asegura a sus trabajadores y sí carece de calidad y control sanitario en sus productos.
En la industria panificadora mexicana donde existen 35 mil panaderías tradicionales distribuidas por toda la República, “calculamos un descenso en el consumo de al menos un 15 por ciento”, aseguró.
Lo anterior, dijo, unido al comercio informal de nuestros productos, nos encontramos con que el mantenimiento de los negocios y de los más de 400 mil puestos de trabajo se convierte en una cuestión sumamente complicada.
Indicó que en la población de menor recurso el impuesto está provocando graves problemas económicos en grupos sociales que han visto un incremento del ocho por ciento en el precio del pan, parte fundamental de su canasta básica y de su dieta diaria.
A la larga, dijo, “ello implica no consumir un producto de tradición, que se encarece, que injustamente se cataloga como chatarra y que diariamente estaba en la mesa familiar”.
Erick Navarrete Aguilar, calificó a este impuesto como un error pues “no se puede sustituir una “concha” del desayuno por un atún, ni nutrimental ni económicamente”.
Además, reiteró, nuestros análisis arrojan que “en los próximos meses se va a producir un cierre importante de industrias del sector como consecuencia de la caída del consumo”.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México, recordó que el pan mexicano es un alimento absolutamente sano, reconocido a nivel mundial por sus ingredientes y consumido en su justa medida no excede las calorías recomendadas para una dieta equilibrada.
Además, es un alimento básico y así se recoge en todas las “Canastas Básicas” que se manejan en el país; por ello el pan es parte fundamental de nuestra gastronomía y el IEPS está dañando a la economía, está propiciando la inflación, acabando con empleos, con empresas, está promoviendo el comercio informal y afectando el bolsillo de quienes menos tienen.
Por ello, sentenció que es contraproducente el mantenimiento del impuesto sobre el pan dulce y vemos la necesidad de ampararnos y solicitar su exención ante el Sistema de Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.