EL pasado 27 de julio publicamos en esta su gustada sección de “Grageas Digeridas”, que los agentes de la CIA norteamericana están por todos lados en territorio mexicano.
Pues bien, no pasaron muchos días para que el influyente periódico The New York Times, del vecino país del norte, confirmara lo que aquí revelamos.
En esa fecha nos referimos a lo que sufrió la socióloga mexicana Raquel Gutiérrez Aguilar, una intelectual que vivió en Bolivia más de 20 años contribuyendo en la lucha de los pueblos indígenas, quienes hoy están construyendo su propio Estado en ese territorio plurinacional andino-amazónico.
Esto, más lo que difundió el periódico estadounidense, son prueba irrefutable de que los sabuesos norteamericanos han estado, desde siempre, en México, y de ahí el control que tienen, no sólo de la llamada delincuencia organizada que opera en territorio azteca, sino de los movimientos de funcionarios del más alto que llegan al poder sexenal.
Pero además, los agentes de la CIA se involucran, de manera formal, con elementos de estrategia operativa en las Fuerzas Armadas mexicanas, lo que les permite cumplir con el expediente de sinergias que deben llenar para cumplir con la misión encomendada.
Cuestión de reflexionar lo que publicamos aquí el 27 de julio, cuando informamos lo siguiente:
El Gobierno de Estados Unidos obligó a las autoridades aeronáuticas de México suspender un vuelo a Roma, Italia, simplemente para impedir el viaje de una ciudadana mexicana a dicha ciudad europea para cumplir compromisos académicos.
Este hecho no solo provocó graves perjuicios económicos y laborales a la compañía afectada -Aeroméxico-, sino también al resto de los pasajeros, además de que violó los derechos civiles de la ciudadana “observada” por los organismos de seguridad norteamericanos.
Comentarios de especialistas internacionales comentaron el atropello en diversos foros de la red y consideran que no es posible aceptar la prohibición de volar sobre el territorio de Estados Unidos en ruta comercial que es obligada para llegar a Europa.
El insólito incidente ocurrió la noche del pasado miércoles 20 de julio, cuando el vuelo 033 de Aeroméxico con destino a Barcelona (de donde se haría una escala a Roma) fue prohibido de atravesar el espacio aéreo norteamericano, porque a bordo iba una pasajera “fichada” por la CIA.
Se trata de la socióloga Raquel Gutiérrez Aguilar, una intelectual que vivió en Bolivia más de 20 años contribuyendo en la lucha de los pueblos indígenas que hoy están construyendo su propio Estado en ese territorio plurinacional andino-amazónico.
Los controladores aéreos de Estados Unidos obligaron a la nave de Aeroméxico retornar a Monterrey, donde Raquel Gutiérrez fue sacada del avión al tiempo en que le explicaban que el Gobierno de Estados Unidos se oponía a que la pasajera atraviese cielo norteamericano.
“Cuando llegué a la puerta del avión con todo mi equipaje de mano, había unos cuantos policías federales mexicanos y dos o tres funcionarios de Aeroméxico que me pidieron identificarme nuevamente y bajar del avión. Yo les dije que no iba a bajar a menos que me explicaran qué estaba sucediendo. Contestaron que el gobierno de Estados Unidos había negado el paso al avión porque yo iba en él”, relató la propia Raquel Gutiérrez, en una denuncia pública que en Bolivia sorprendió e indignó unánimemente.
La académica mexicana no viajaba de ningún modo a Estados Unidos, ni siquiera para hacer una breve escala, y tampoco usaba una aerolínea norteamericana. En su carta de denuncia, Gutiérrez informó que viajaba de México DF a Barcelona en una nave de Aeroméxico y de allí se embarcaría a Roma en un vuelo de Alitalia.
Resulta intimidante que las autoridades de Estados Unidos supieran con anticipación quienes viajan en los vuelos rutinarios de Aeroméxico o Alitalia; y es más desconcertante que el Gobierno norteamericano haya causado impunemente un severo daño económico a la aerolínea mexicana, obligándole a desviar su ruta y romper un itinerario transcontinental, sólo porque a la CIA le dio la gana prohibir que Raquel Gutiérrez transite por los cielos de Estados Unidos como pasajera común en un vuelo comercial.
¿No nos tienen bien controlados los sabuesos de la CIA que están en México?