MEMORIAL DE AGRAVIOS

Este Memorial de Agravios es un recuento de la actuación ignominiosa de Alfonso de Maria y Campos Castelló y sus allegados, que construyen “otro INAH”, paralelo al INAH de los trabajadores, el que ha luchado por mantener vigentes los principios y vocación social con que fue creado en 1939. Este es el INAH Histórico, que pretende ser anulado y desaparecido por el INAH de los funcionarios, mediante la imposición de una estructura paralela fuera de toda norma que se manifiesta de cuerpo entero en su pesada y costosa burocracia central, sancionada en el Manual General de Organización (MGO), opuesto enteramente a los mandatos que a nuestra institución le confieren la Ley General de Bienes Nacionales (LGBN), la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (LFsMZAAH), y la propia Ley Orgánica del INAH (LOINAH).

Obtusa

Ese otro INAH, el de los funcionarios, actúa socavando los ámbitos jurídico-legal, jurídico-laboral, de las actividades sustantivas (investigación, conservación, difusión, docencia), incidiendo en la destrucción y tergiversación de los bienes nacionales arqueológicos e históricos, y procurando fortalecer una estructura administrativo-burocrática:

1. MENOSCABO DEL MARCO JURÍDICO-LEGAL:

a)      El establecimiento ilegal (pues contraviene el Artículo 5º. Fracción III de la Ley Orgánica del INAH) del MGO que sanciona la existencia de una burocracia sin ninguna relación con las actividades sustantivas del INAH, esto es, las áreas de investigación, conservación, docencia, museos y exposiciones.

b)      Ese INAH paralelo actúa sin un proyecto institucional avalado y consensuado con las áreas de investigación, conservación, museos, exposiciones y docencia (como mandata la Ley Orgánica del INAH), sino operando a través de un programa de gasto que poco o nada tiene que ver con las áreas sustantivas, sino con proyectos personales de la presidencia de la República u ocurrencias de la dirección general del INAH y sus allegados, que se justifican como supuesto apoyo a las actividades sustantivas. 

c)      El accionar de una densa y costosa burocracia que busca satisfacer sus propias necesidades y poner a disposición del mercado los muesos, zonas arqueológicas y bienes patrimoniales que el INAH ha sabido mantener, incrementar y poner en uso social por más de 70 años. Esta burocracia es la que pugna por que se establezca el reglamento para la realización de eventos cívicos y culturales en zonas arqueológicas, mismo que estableció el artículo noveno transitorio de la Ley General de Bienes Nacionales y que en sí mismo es contradictorio con lo que establece el segundo párrafo del artículo 30 de la Ley en comento.

d)      Este INAH paralelo se ha distinguido por su actuación omisa e indolente respecto a los intentos de modificación y desaparición de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

2. MENOSCABO DEL MARCO LABORAL:

a)      La imposición del servicio civil de carrera, lo que ha provocado insertar una burocracia extraña y desconocedora de las actividades de investigación, conservación física, jurídica e histórico-cívica y difusión, acorde con los resultados de las investigaciones antropológicas e históricas.

b)      A más de lo anterior, dicho servicio civil de carrera ha permitido el ingreso a las direcciones o delegaciones que mantiene el instituto en los Estados de la República, sin un claro perfil para la institución, esto es, sin conocimientos y manejo de las disciplinas y ordenamientos jurídicos propios del instituto y por lo cual actúan de manera personal, sin consulta ni acuerdo de los profesores investigadores, de los técnicos especializados, y demás personal especializado de la institución. Así pues, muchas de sus acciones se enmarcan en los caprichos o mandatos expresos de quienes los instalaron en esos puestos, y por lo cual, en no pocos casos, han sido omisos en las tareas que le corresponde llevar a cabo a la institución, poniendo con ello en riesgo e inclusive destruyendo o adulterando, vestigios arqueológicos o históricos, por solo tratar lo más evidente.

c)      En otro ángulo, ese otro INAH ha inhibido la creación de la planta de profesores investigadores que se requiere para atender las tareas de investigación y docencia a nivel nacional. No tiene ninguna lógica que durante los últimos 30 años no se hayan incrementado las plazas de profesores investigadores, mientras que se han triplicado las de los mandos medios superiores que sustentan su existencia en el supuesto apoyo a las actividades sustantivas.

3. MENOSCABO DE LAS ACTIVIDADES SUSTANTIVAS:

a)      En ese otro INAH que se ha empeñado en construir esta administración, se ha decidido cambiar la práctica arqueológica que tiene reconocimiento internacional, sustentada en la investigación antropológica e histórica, por una “arqueología de planes de manejo” que busca hallazgos espectaculares y la presentación de vestigios acordes a la demanda del turismo nacional e internacional y de los posibles espectáculos que se puedan montar en ellos, o lo que es lo mismo, un vil y artero fachadismo en claro y obvio detrimento del conocimiento científico de los pasados prehispánicos y de su conservación.

b)      Por otra parte, ese INAH ha privilegiado de manera amañada y, acudiendo la mayor de las veces a arqueólogos contratados, una deficiente modalidad del denominado “salvamento o rescate arqueológico”, como práctica institucional orientada a autorizar las obras públicas y privadas sobre tierras y territorios en los cuales existen evidencias arqueológicas, sin observar el adecuado seguimiento institucional de las excavaciones, bitácoras de los trabajos arqueológicos y antropológicos, registros fotográficos, biológicos, además de la conservación física de áreas especificas y concretas para posteriores estudios, con lo cual la nación toda pierde información invaluable del mundo prehispánico.

c)      Ese otro INAH paralelo se ha empeñado en borrar la presencia y actuación de los trabajadores del INAH al desaparecer las librerías de la institución, obstaculizando así la difusión y divulgación de los trabajos escritos que producimos los investigadores y técnicos especializados.

d)      Ese INAH paralelo ha impuesto un Consejo de Arqueología que actúa bajo consigna para favorecer los programas que presentan los manados medios y desconociendo la antigua normatividad acordada entre los arqueólogos de base del INAH que realizan sus funciones en los distintos centros INAH con los funcionarios para tratar la aprobación y seguimiento de los proyectos arqueológicos que se realizan en la propia institución o inclusive otras dependencias educativas. Este consejo de Arqueología, está integrado fundamentalmente por arqueólogos que desempeñan un puesto de confianza en el INAH, imponiendo de manera autoritaria y arbitraria, nuevos criterios aplicados como condicionantes para la aprobación de proyectos e informes de investigación arqueológica.

La imposición de tales medidas se orienta a la apertura al público de zonas arqueológicas dejando de lado la investigación científica y la conservación de los monumentos y zonas, tareas sustanciales que las leyes otorgan a nuestra Institución.

Asimismo, el Consejo falla en el cumplimiento de sus obligaciones. En lugar de actuar defendiendo al patrimonio, tiene una actitud complaciente ante proyectos que destruyen o dañan monumentos y zonas arqueológicos y es utilizado por el director del INAH para avalar acciones que afectan física y simbólicamente este patrimonio. Por vía de los hechos pretende convertirse, además, en un órgano interno del que depende la aprobación de todo el proceso de investigación de los arqueólogos del INAH.

4. LA DESTRUCCIÓN Y TERGIVERSACIÓN DE LOS BIENES NACIONALES ARQUEOLÓGICOS E HISTÓRICOS:

a)      Es de acusarse en este renglón, que ni en los denominados centros regionales ni en el propio D.F. existen instalaciones adecuadas para depositar los monumentos arqueológicos, antropológicos etc., que se extraen de esos “salvamentos o rescates”, por lo cual es necesario que se aclare en dónde están todos los materiales productos de salvamentos o rescates que se han realizado durante este sexenio y quiénes los están clasificando, estudiando, registrando y dónde se depositarán finalmente.

b)      Es pues necesario confrontar los salvamentos y rescates autorizados y los resultados obtenidos, con el fin de evitar el tráfico de monumentos muebles arqueológicos, para el total apego a la LGBN, LFMZAAH, y demás ordenamientos que inciden en la materia.     

c)      Ese otro INAH se ha empeñado en disminuir los activos del instituto y con ello los intereses de la nación, al rehuir su obligación de asegurar la compra de las tierras donde se localizan importantes vestigios arqueológicos como en el caso de las zonas arqueológicas de Chichén Itzá, Cacaxtla, Monte Albán, Tzintzuntzan. Y esto, pese a que en la Cámara de Diputados se constituyó el “Fondo Nacional Arqueológico” con recursos etiquetados para la adquisición, justamente, de las tierras en donde se localizan importantes vestigios arqueológicos (y con ello dotar de certeza jurídica a la federación, respecto a su propiedad, protección y conservación), aunque tales recursos no se aplicaron para ese objetivo.

d)      Ha incentivado y avalado la manera de conducirse de los gobiernos estatales que pretenden apropiarse de las zonas arqueológicas con el objetivo de convertirlas en escenarios para espectáculos musicales, como es el caso de Chichén Itzá, en Yucatán, donde se han realizado los conciertos de Luciano Pavaroti, Plácido Domingo, Elton John, Sara Brightman, con lo que la dirección general del INAH permitió, bajo subterfugios, la violación a la ley para que ocurriera la explotación comercial y la obtención de jugosas e ilegales ganancias, tanto a los artistas, como  a las empresas Televisa y Ticketmaster y el propio gobierno de Yucatán.

e)      Ese otro INAH paralelo actúa con total desapego a la ley mediante autorizaciones verdaderamente torcidas, como se puede constatar en la denominada “Cumbre Tajín” y en Teotihuacán, con el denominado espectáculo de luz y sonido “Resplandor Teotihuacano”, que aunque no llegó a realizarse (porque los trabajadores del INAH logramos evitarlo), sí ocasionó más de 6,000 perforaciones en la Pirámide del Sol, la Pirámide de la Luna y la Calle de los Muertos, sin que se fincara ninguna responsabilidad para quien autorizó semejante atrocidad.

f)       La desatención a lo arqueológico e histórico por parte de ese otro INAH paralelo, pese a lo expresado por Felipe Calderón, se puede constatar en:

- Destrucción de una plataforma prehispánica en la zona arqueológica de Tzintzuntzan por la construcción de un nuevo museo (Michoacán).

- Comala; El Chanal (Colima) (falta de recursos para la investigación y protección física y legal).

- Chiapa de Corzo; Chincultik (Chiapas).

- San Pedro y San Pablo, Teposcolula; San Juan Bautista Coixtlahuaca; Mitla; Yagul; Monte Albán (Oaxaca).

- En el territorio Wirikuta; Cerro de San Pedro  (y Minera San Javier) (En san Luis Potosí).

- La Casa de Tlaltecuhtli;  Línea 4 del Metrobús;  la demolición de varios edificios del siglo XVII al XIX del Centro Histórico de la ciudad de México, ubicados en las calles de El Carmen, Salvador, Palma, Regina, Apartado, Mesones, Brasil y Argentina.

- Demolición de monumento histórico en la ciudad de León, Guanajuato

- Presa el Zapotillo en Temacapulin; Isla de Mezcala (Jalisco).

- Ek´balam (Yucatán).

- Zona Arqueológica de Libres; Villa Flora; Parque Guerrero; destrucción del edificio y Centro Expositor en los Fuertes; ex convento de Santa Mónica (Puebla).

- Desmantelamiento de la vía férrea en Maltrata; Santa Gertrudis, Orizaba; Zona Arqueológica de Cacahuatenco (Veracruz).

- El Terremote; El Albarradón y Casa de Morelos; Valle de Bravo; Amecameca; Rancho el Molino en Chimalhuacán (Edo. Mex.).

- Centro Histórico de Parral y ciudad de Chihuahua.

- Comalcalco, Tabasco (falta de recursos para la investigación y protección física y legal).

g)      Ese otro INAH se ha empeñado en desmantelar museos emblemáticos como el de los Altos de Chiapas, en el Antiguo Convento de Santo Domingo, en San Cristóbal de las Casas, que prestaba un servicio educativo y social al exhibir las historias de los pueblos indígenas de la región y sus expresiones culturales, para ahora, en asociación con Banamex intervenir la construcción colonial con servicios de terceros para intentar montar un museo de textiles cuyas colecciones son de particulares y cuya orientación está puesta en satisfacer una demanda turística; modalidad que se pretende replicar en el ex convento de la Merced de la ciudad de México y con algunas otras variantes en otros tantos ex conventos que están bajo custodia del propio INAH.

h)      Ese otro INAH paralelo se empeña en poner en renta los museos nacionales para, lejos de cumplir la función social y educativa que por ley les corresponde, ofrecerlos a las empresas privadas para realizar fiestas y cocteles, como ha ocurrido con las empresas Coca Cola y Motorola, así como conciertos para recaudar fondos que nunca se sabe a dónde ni a quién benefician, y subastas de arte moderno y colonial, con lo cual se incentiva un mercado que por lo menos tiene limitaciones en cuanto a lo histórico conforme lo establece la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

5. EN LO ADMINISTRATIVO-BUROCRÁTICO:

a)      La inserción de una burocracia en los denominados mandos medios superiores designados como “coordinaciones nacionales” que nada tienen que ver con una estructura que se desprenda de las funciones sustantivas del INAH y que sí, en cambio, asfixia y usurpa el presupuesto asignado a las labores institucionales de investigación, conservación, difusión y docencia.

b)      Por otra parte, ese otro INAH paralelo mantiene un nutrido cuerpo de trabajadores administrativos, restauradores, arquitectos conservadores, arqueólogos, antropólogos e historiadores que no tienen base laboral, sino que son contratados fuera de toda normatividad y que la más de las veces son empleados para acciones que dirigen los denominados mandos medios superiores o que administra esa burocracia que atiende indebida e ilegalmente –porque no cumplen con los perfiles académicos y técnicos– las necesidades apremiantes que tiene la institución por mandato de ley, pero que no se les confía a los trabajadores de base del INAH por las anomalías jurídicas, académicas o técnicas con que se presentan y se pretende enfrentarlas.

c)      Por otro lado, ese desplazamiento laboral, también lo es del ejercicio presupuestal, ya que una buen parte de lo ejercido no se ha aplicado a las áreas sustantivas, sino a la autoadministración de ese otro INAH que actúa fuera del marco legal, laboral e inclusive de la normatividad institucional.

d)      En este sentido, debe señalarse la insistencia de la dirección general, de disminuir arteramente los activos del INAH, al optar por el arrendamiento de:

- El edificio “Aristos”, en Av. Insurgentes Sur, como sede para su aparato burocrático-administrativo, mientras varios centros de trabajo en el DF carecen de los espacios necesarios para el desarrollo de las actividades de investigación, como son: la Dirección de Estudios Arqueológicos, la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, el Departamento de Colecciones Arqueológicas Comparativas, la Dirección de Salvamento Arqueológico, etc. La misma carencia de oficinas y espacios laborales para los investigadores ocurre en varios centros regionales, como es el caso en Michoacán, Colima, Estado de México, etc.

- Un parque vehicular insuficiente, costoso y poco eficiente.

- Equipos de cómputo costosos y muy poco eficientes.

- Asimismo, la adquisición de servicios de mantenimiento, custodia, conservación, difusión, por vía de terceros, cuando el INAH cuenta con una planta de trabajadores especializados para el desempeño de esas actividades.