Por Jorge Meléndez Preciado
En las últimas semanas se han llevado a cabo acciones de una sociedad que empieza a despertar, organizarse y con sus actividades demostrar que la clase política mexicana está años luz de las expectativas de sus ciudadanos.
Lo dijo bien el padre Alejandro Solalinde en una reunión en el Senado: el PRD ha traicionado los anhelos de los mexicanos. Ese mismo día, en el Club de Periodistas, donde esperaron al sacerdote, se reunieron decenas de personas para organizar un Congreso Popular el 5 de febrero.
Entre los dirigentes estuvieron John Ackerman, Julio Bolvitnik, Hugo Aboites, Gerardo Fernández Noroña, Manuel Fuentes, Pedro Miguel y más.
El llamamiento inicial lo hicieron 80 figuras públicas de diversas profesiones y actividades. Entre los puntos sobresalientes están: “el votar una propuesta para revocar las reformas constitucionales en materia energética y analizar posibles acciones de resistencia civil pacífica”. Para los interesados en participar hay que entrar a www.congresopopular.com
Días antes, artistas e intelectuales, entre otros, organizaron en la plaza de Santo Domingo sendos encuentros musicales, culturales y políticos, con el objeto de hacer una consulta popular y cuyo lema es “El grito más fuerte”.
Y también 23 premios nacionales de Ciencias y Artes hicieron una petición, que fue rechazada por un juez, para que hubiera una consulta popular, en base a la Constitución, ya que resultó increíble y bárbaro que algunos congresos estatales aprobaran la reforma energética en unos cuantos minutos.
Como queda muy claro, hay un rechazo a quienes hacen política profesional, ya que no representan de ninguna manera el sentir de amplias capas de la población. Esfuerzos modestos y no tan abundantes en concurrencia, pero que muestran los nuevos tiempos en el país.