Durante más de 30 años los gobiernos priístas y panistas han dicho hasta el cansancio que los pequeños y medianos productores son inproductivos e ineficientes. Hoy, después de tres décadas de neoliberalismo en la agricultura mexicana, de la insoportable dependencia y del reconocimiento de los enormes riesgos y costos de continuar dicho modelo fracasado, hoy todo mundo –o casi- afirma y sostiene en México y en el mundo la necesidad de que los países transiten hacia la autosuficiencia alimentaria.

Hoy las y los campesinos agrupados en la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), están demostrando con trabajo y empeño que es posible aumentar la producción de alimentos en México sin la necesidad de tecnologías riesgosas o para decirlo más claramente. Sin la necesidad de TRANSGÉNICOS.

Organización de pequeños productores de granos, caña de azúcar, cultivos protegidos y chia innovadores por una tecnología sustentable y agroegológica.

Los campesinos de la región ubicada al noroeste del estado de Jalisco entre los Municipios de Magdalena, Etzatlán, San Juanito de Escobedo y San Marcos, en los límites con el estado de Nayarit, donde se cultiva lo mismo maíz, agave, caña de azúcar, entre otros, y que en los últimos años se redujó considerablemente la producción y sus rendimientos.

El problema inicio con el agave, el cual presentó una enfermedad que en dichos populares denominaron como “sida” del agave que se manifestaba como un marchitamiento originado por la pudrición de la raíz hasta matar a la planta. Este problema no se pudo resolver con más agroquímicos que se intentaron, solo con la selección de especies que se seleccionaron como resistentes.

A este problema se juntó la caída del precio por la acción planificada de la industria tequilera de renta de tierras y plantaciones propias de agave para evitar desabasto lo que ocasiono que los agricultores sin contrato abandonaran el cultivo y el “paisaje agavero” se redujera considerablemente en la región.

Posteriormente, se presentó en la caña de azúcar, en este cultivo se identificó como la acción del barrenador del tallo al cual se le amerita la reducción de hasta el 35 por ciento en los rendimientos por hectárea (Ha). Lo cual aunado a las recientes heladas ha puesto en difíciles situaciones a los cañeros de la región.

El tercero en turno ha sido el cultivo del maíz el cual a pesar de existir una tradición de buenos rendimientos (hasta 14 toneladas/Ha) ha venido reduciendo considerablemente sus rendimientos hasta 7 y 8 tons/Ha. Debido según dicho por los productores a ciclos con sequía y presencia de algunas plagas.

El diagnóstico realizado por los productores los llevaría a la conclusión de que la producción en el presente ciclo, se limitó por la falta de lluvia, se tuvieron 643.1 mm de precipitación en la zona, el 80 por ciento de los 800 mm de uso consuntivo que requiere el maíz para un adecuado nivel de rendimiento.

Sin embargo, el diagnóstico que hicieron los productores junto con los técnicos de la organización asesorados por los científicos, con los que han establecido una alianza de trabajo con la ANEC, permitió observar un grave problema regional y de multicultivos de enfermedades en tallo y raíces de tres tipos de hongos y ataque derivado de varios insectos.

Esto contrastó con predios en que las plantas que no estaban enfermas y tenían un  50 por ciento más de producción que las plantas enfermas, este análisis les permito concluir a los productores y a los técnicos, que si se controlaban las enfermedades antes mencionadas era posible incrementar de un 30 a un 50 por ciento la producción obtenida en el presente ciclo y con esto mejorar el ingreso familiar de los productores.

La organización que desde hace seis años se viene capacitando en la producción de lombricomposta y lixiviados viene haciendo pruebas, demostraciones y promoción de estos productos, a partir de contar con la asesoría de los científicos en alianza con la ANEC han ampliado gradualmente sus conocimientos, la distribución de sus productos entre los productores de la región quienes ya consumen miles de litros de lixiviados, cientos de toneladas de humus de lombriz y están encontrando solución a problemas que las empresas transnacionales de agroquímicos no habían podido dar a cultivos de caña, agave y maíz.

Pero además a costos considerablemente menores a las soluciones que con agroquímicos ya estaban acostumbrados.

En este despertar de la nueva tecnología la organización con los científicos nacionalistas avanzan en hacer demostraciones en incrementar al doble el número de granos en las espigas del trigo a base de estimular la planta en sus etapas críticas de desarrollo e inducir la resistencia al frío a plantas de frijol al soportar heladas de -3 grados bajo cero.

Todo esto con tecnología de punta, clase mundial, con soporte científico, basado en el propio potencial de la resistencia vegetal su fisiología y capacidad genética y manejo bioquímico.

Esto es una muestra más de lo atrasado y agotado de la revolución verde; la existencia de una nueva revolución tecnológica que hace perfectamente viable la agricultura campesina, la autosuficiencia alimentaria y lo innecesario de los transgénicos.