El candado que impone el Seguro Popular para no brindar el servicio de salud a jóvenes de entre 18 y 25 años que no estudian es “sumamente grave”, pues según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía solamente el 25 por ciento de este sector de la población se encuentra cursando sus estudios.
Así lo hizo notar el senador Benjamín Robles Montoya, quien subrayó que la mayoría de los jóvenes de esa edad no estudian debido a las condiciones de pobreza que impiden financiar sus estudios universitarios, así como a una escaza cobertura educativa para ese nivel.
“Por otro lado, en el empleo tampoco las cosas pintan bien, ya que de los 22 millones de jóvenes de 18 a 29 años que trabajan, sólo el 16 por ciento tiene servicio médico, lo que habla de la precariedad de sus condiciones”.
Aunado a ese problema, comentó que las reglas de operación vigentes del Seguro Popular indican que las personas entre 18 y 25 años que no estudian, no pueden ser beneficiarios de ese servicio.
Por ello, propuso hacer un exhorto al Ejecutivo federal para que elimine dicho requisito y los jóvenes no se vean obligados a presentar una constancia de estudios para poder afiliarse al Seguro Popular.
En este sentido, expresó que es fundamental aprovechar el bono demográfico con el que México cuenta en este momento, por lo que se debe garantizar la satisfacción de este sector de la población en temas como educación, empleo y salud.
Consideró que la atención a esta materia “es en verdad urgente”, pues hay cifras que señalan que al año fallecen aproximadamente 37 mil jóvenes y anualmente se registran poco más de 246 mil nacimientos que corresponden a madres menores de 20 años.
En relación del VIH-SIDA, agregó, es entre personas de 15 a 19 años de edad donde se registra el mayor índice de contagio.
Ante este panorama, Robles Montoya indicó que la atención a la salud de los jóvenes es un reto “sumamente apremiante” y “no debemos coartarles este derecho bajo la condición de que no están estudiando”.