En el Tercer Foro Internacional de la Innovación, Creatividad y Desarrollo Tecnológico, en la Cámara de Diputados, funcionarios y expertos en la materia alertaron que el abuso de ciertas tecnologías y el desaprovechamiento de otras, como el caso de las sustentables, han provocado daños a la salud y una desaceleración de la economía mexicana.
En el evento, que concluirá hasta el próximo 12 de septiembre, señalaron que la falta de innovación y el exceso de tecnologías para la producción industrial poco amigables al medio ambiente y la poca reutilización y tratamiento del agua, entre otros factores provocaron que México descendiera 6 lugares en la tabla de economías.
Asimismo, dijeron que la poca inversión en tecnología está desarticulada, por lo que no se obtienen los resultados esperados. Llamaron a aprovechar la inventiva e investigaciones mexicanas con el objetivo de incentivar la economía nacional y resolver los problemas del medio ambiente.
La directora general de Innovación, Servicios y Comercio Interior, de la Secretaría de Economía, Claudia Ivette García Romero, consideró que el problema no es la falta de inversión, sino su desarticulación.
“El Presupuesto Egresos de la Federación destina menos del 1 por ciento a la ciencia y tecnología. De este porcentaje, dos terceras partes son para innovación en el ámbito público y sólo una se destina a la esfera privada, cuando no debería ser así”, afirmó.
Por su parte, el coordinador General de Servicios de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Cinvestav-IPN), Mariano Gamboa Zuñiga, afirmó que por falta de apoyo a programas de innovación con tecnología mexicana, nuestro país pasó en los últimos 25 años de ser la economía número 9 a la 14.
“No hay una vinculación real entre la ciencia y la tecnología; no se generan patentes mexicanas”, apuntó.
Añadió que en nuestro país aún permean trabas para el desarrollo de la ciencia, como lo es el analfabetismo y la falta de un buen servicio de Internet, así como de equipos que permitan acceder a la Red, no obstante que el número de líneas celulares ha rebasado al 100 por ciento de la demanda poblacional.
Del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, Miguel Ángel Alatorre Mendieta llamó a utilizar la energía que proveen los océanos, mediante el aprovechamiento de las olas y las mareas; actualmente la máxima casa de estudios ya trabaja en varios proyectos con este fin, informó.
“No podemos limitarnos a comprar tecnología, debemos invertir en la investigación y formación de gente profesional”, demandó.
Pidió al Congreso que considere al agua caliente y a la sal de mar, como posibles generadores de energía, ya que hoy en día ya existen en el mundo plantas que aprovechan este tipo de energía para generar electricidad, pero son poco conocidas.
El director General del Instituto Tamaulipeco de Ciencia y Tecnología, Francisco Javier Hernández Montemayor, advirtió que desde hace un par de años se observan enfermedades crónicas y epidémicas, producto de la innovación tecnológica.
“En 1950 la población en México se moría por paludismo y diarreas, entre otras enfermedades, ahora muere por padecimientos del corazón, cáncer, diabetes, accidentes y cirrosis”, alertó.
Subrayó el impacto negativo que los procesos industriales tienen sobre el equilibrio natural, principalmente en los cuerpos de agua, y afirmó que sólo el 20 por ciento de aguas residuales de las industrias es tratada.
“Debemos restringir el uso de tecnologías que pongan en peligro a la sociedad y que dañan los recursos naturales. Tenemos que promover una cultura de certificación de empresas social y ambientalmente responsables, sin desproteger la fuente de empleo de trabajadores”, planteó.
El secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Enrique Fernández Fassnacht, alertó que el “uso irracional de la tecnología ayudó al deterioro del medio ambiente”.
“Son necesarias políticas económicas y ambientales que estimulen el crecimiento monetario, el desarrollo tecnológico y optimicen el uso de los recursos naturales”, sostuvo.
Demandó aprender de las experiencias exitosas de otros países en la materia, pero “sin desaprovechar los talentos nacionales que proponen soluciones tecnológicas que sirvan para reducir los impactos ambientales ocasionados por las actividades empresariales”.