En México, el Ejército ha estado plagado de denuncias de abusos a los derechos humanos y de corrupción con el narcotráfico. Nunca antes había habido tantas denuncias en contra de militares por abusos a los derechos humanos como en el sexenio del presidente Felipe Calderón.

De las 4,035 denuncias que se han presentado desde 2006, solo 56 militares han sido sancionados.

En septiembre, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la retención de 26 millones de dólares de los fondos de la Iniciativa Mérida, debido a preocupaciones sobre los abusos cometidos por los militares mexicanos.

El mismo mes, cuatro soldados fueron arrestados en el estado norteño de Nuevo León, después de haber disparado y matado a dos civiles que supuestamente no se habían detenido en un retén en la carretera.

Los Zetas, un relativamente nuevo grupo narcotraficante de ex militares de las fuerzas especiales mexicanas, habitualmente acaparan los titulares mexicanos por enfrentamientos con el Gobierno federal y con los militares.

Desde que Calderón utiliza al Ejército para enfrentarse a los grupos narcotraficantes, la violencia sólo ha aumentado en el país, con más de 28,000 personas muertas debido a violencia relacionada con la guerra contra las drogas desde 2007.

La pregunta continúa siendo en qué exactamente están entrenando el Departamento de Estado y los militares estadounidenses a los soldados mexicanos.