Es necesario implementar una estrategia nacional orientada a detener el alza de la canasta básica alimentaria y garantizar que las familias no sean afectadas al inicio de año por la llamada “cuesta de enero”, planteó la diputada María Leticia Mendoza Curiel.
Mencionó que en los últimos años los productos cuyo precio han sido más vulnerables para la población son luz, gas y gasolina, así como harina de maíz, frutas y verduras.
Precisó que de diciembre de 2006 a agosto de 2012 los precios de maíz, frijol y arroz crecieron entre 65 y 100 por ciento; alubia y lenteja aumentaron entre 115 y 119 por ciento, en tanto que el salario promedio mínimo vigente se incrementó sólo 28.59 por ciento en el mismo periodo.
Por ello, presentó un punto de acuerdo que analiza la Comisión de Economía para solicitar al Ejecutivo federal y a las secretarías de Hacienda y Crédito Público y de Economía impulsar una estrategia nacional de “carácter urgente” para detener el alza de la canasta básica alimentaria.
Mendoza Curiel indicó que el Estado no garantiza el derecho de los mexicanos a la alimentación, establecido en el artículo 4 de la Constitución Política.
Refirió que la Organización Internacional del Trabajo ha manifestado que los sueldos en México aumentan a un ritmo de 0.4 por ciento desde 2005, lo que ha limitado la capacidad adquisitiva respecto de otros países como Brasil, donde fue de 3.4 por ciento en el mismo lapso.
Puntualizó que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha expresado que los hogares mexicanos ya cuentan con dos proveedores de ingreso, mientras que hace dos décadas sólo contaban con uno.
No obstante ello, agregó, datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), afirman que cerca de la mitad de la población mexicana considera difícil vivir con su salario.
La diputada agregó que en 2012 han sido necesarios hasta tres salarios mínimos para tener la capacidad adquisitiva que una sola percepción aportaba a una familia mexicana en 1970, lo que refleja la erosión en el poder de compra.
Manifestó que el desfase entre el incremento del salario mínimo y el alza a los productos de la canasta básica ha ocasionado que, si en 2006 ésta costaba 812 pesos, en 2012 alcanzó un precio de mil 326 pesos, es decir, aumentó 514 pesos en los últimos seis años.
De igual modo, subrayó, entre diciembre de 2006 y junio de 2012, con base en un sueldo promedio de 54 pesos diarios, se ha pasado de necesitar 134 horas de trabajo a 193 para poder adquirir los productos de la canasta básica.
Ante ese panorama, expresó que es fundamental que las autoridades competentes del Ejecutivo federal implementen un plan urgente que detenga las alzas de la canasta básica alimentaria y la caída del poder adquisitivo de los trabajadores.