La Revista Industrial del Campo 2000 Agro, informa que finales de 2011 quedará concluida la secuenciación genómica del aguacate criollo mexicano, proyecto que busca establecer un programa de mejoramiento más rápido, eficiente y preciso de este cultivo, informaron científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), unidad Irapuato.
Desde hace 40 años no existe una nueva variedad del aguacate en el mercado mundial, de mejor calidad, sabor, nutrientes y con menores costos de producción. Además, México es el primer país productor, exportador y consumidor de aguacate en el mundo, de ahí la importancia de impulsar el mejoramiento genético de este cultivo, apuntaron los especialistas.
Al respecto, el director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), Luis Herrera Estrella, explicó que se eligió el aguacate criollo para esta investigación debido a que tiene mejor sabor, consistencia y es menos fibroso, aunque presenta ciertas desventajas, al ser más pequeño que otras variedades y tener una cáscara más delgada, lo que dificulta su transporte y comercialización.
“Si pudiéramos combinar las características del criollo con las cualidades del Hass, que es el que predomina en el mercado desde hace 40 años, se conseguiría un producto de mejor calidad”, comentó el investigador.
De acuerdo con Herrera Estrella, la idea es establecer una referencia genética del fruto y después hacer una comparación entre su diferentes tipos ─criollo mexicano, guatemalteco y antillano─, con el propósito de identificar los genes responsables de la forma y tamaño del fruto así como de la consistencia de la cáscara, entre otras; una vez identificados, se pueden hacer cruzas de manera más dirigidas para mejorarlo.
Otro aspecto en el que se trabajará, abundó el especialista, es el tamaño del árbol, que mide entre 10 y 20 metros de altura, y que hace necesario cosechar a mano. Sin embargo, al contar con árboles de menor tamaño se facilitaría la cosecha y habría una densidad mayor de árboles por hectárea, incrementando la productividad.
Asimismo, se necesitan árboles que requieran menos agua para producir; que el cultivo sea resistente a ciertos tipos de enfermedades y obtener subproductos como aceite, tanto para consumo en fresco como para elaborar cosméticos e incluso, biocombustibles.
Otra ventaja de desarrollar este tipo de proyectos en México, es tener más gente entrenada en genómica, lo que permite que el país no se quede rezagado en estudios de este nivel, apuntó el director de Langebio.
Este proyecto tendrá un costo total de 63 millones de pesos, de los cuales productores de aguacate aportaron cinco millones de pesos, mientras que el resto son recursos del programa sectorial de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).