Es indudable que la situación financiera de Pemex es muy delicada, lo que la ubica técnicamente es una empresa quebrada, ya que sus pasivos son mayores que sus activos, afirmó la senadora Dolores Padierna Luna.

Añadió que a septiembre de 2015, los pasivos totales ascendían a 3 billones 740 mil millones de pesos, de ellos sólo 2 billones 140 mil millones estaban respaldados por activos, lo que significa que su patrimonio era negativo por 1 billón 100 mil millones de pesos.

“La significativa baja de los precios del petróleo ha tenido un impacto negativo en la situación financiera de Pemex, junto con otros factores como la disminución de la producción y la depreciación del peso; sin embargo, hay otros factores que también explican su precaria situación como la falta de flexibilidad para adecuar sus costos a las condiciones del mercado y el régimen fiscal depredatorio al que está sujeto”, precisó la legisladora.

Insistió en que Pemex ha tenido ingresos suficientes para financiar sus gastos de operación. Aún en 2015 obtuvo un remanente de operación de 145 mil millones de pesos. Hasta 2014, incluso pudo pagar el costo financiero de su deuda.

En el periodo enero-septiembre de 2015, explicó, el remanente de operación ya no fue suficiente para pagar el costo financiero y por primera vez tuvo un remanente bruto negativo.

La senadora Padierna dijo que durante el periodo enero-septiembre de 2015, los ingresos disminuyeron 28.6% respecto al mismo periodo de 2014. En contraste, los gastos de operación aumentaron 8.1%, lo que demuestra que la empresa no tiene flexibilidad para adecuar sus costos a la caída de los precios de los hidrocarburos.

Indicó que más del 100% del remanente bruto le ha sido confiscado por el Gobierno Federal, por el pago de impuestos, derechos y aprovechamientos.

Puntualizó que en el periodo enero-septiembre de 2015, a pesar de que el remanente bruto fue de menos 52 mil millones de pesos, la carga fiscal fue de 300 mil millones de pesos.

Y al quitarle más del remanente bruto que genera PEMEX, ha tenido que recurrir a un endeudamiento creciente para financiar las inversiones. Mientras en diciembre de 2010, la deuda financiera de largo plazo era de 575 mil millones de pesos. A septiembre de 2015 se incrementó en más del doble, 1 billón 286 mil millones de pesos.

Todos estos factores han colocado a PEMEX en una situación muy delicada, lo que ha llevado al Gobierno a considerar la posibilidad de apoyarla ante la eminente posibilidad de que la empresa ya no pueda cumplir con sus compromisos.

La realidad es que el Gobierno Federal se metió en un embrollo con su reforma energética. En primer lugar, nunca pensó que los precios del petróleo se iban a desplomar y diseñó un modelo que sólo puede funcionar con precios elevados. En segundo lugar, siguió sangrando a Pemex, con un régimen fiscal insostenible. En tercer lugar, las privatizaciones no han dado ningún resultado positivo y es muy probable que no lo den, por lo menos en el mediano plazo.

Ahora, continuó Padierna Luna, ante la insostenible situación de Pemex, habrá que apoyarla con recursos presupuestales, es decir, revertirle los impuestos y derechos que ha pagado, con lo que pudiera mitigar su grave situación, pero sólo en el corto plazo ¿No sería más racional modificar el régimen fiscal?

El apoyo o rescate que se pretende estaría condicionado a que Pemex se haga más eficiente y a que acelere su proceso de privatización. Para hacerse más eficiente tendrá que despedir personal, como ya lo ha manifestado; es decir, hacerse más chiquita. Indudablemente que esto le permitirá algunos ahorros, pero que podrían verse anulados con el costo de las liquidaciones e incluso pudieran no existir si recurre a la jubilación anticipada de los trabajadores que despida.

Finalmente señaló que la asociación de Pemex con privados sigue siendo una incógnita. Como parte de la Ronda Uno se había señalado que una de las convocatorias de 2014 sería para licitar dichas asociaciones, lo que no ha ocurrido y por ello es un indicio para suponer que no son atractivas para las empresas privadas o que están presionando para conseguir condiciones de mayor privilegio.