La Comisión de Asuntos Indígenas aprobó la creación de dos subcomisiones; la primera hará observaciones de las respuestas de Xavier Abreu Sierra, titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en su pasada comparecencia ante la Comisión: la segunda buscará analizar el “pacto de sangre” que anunció la etnia Kiliwa, originarios del estado de Baja California.

La primera subcomisión tendrá entre sus objetivo lo relativo a los señalamientos que hay de la desviación de recursos públicos en la compra de vacunas contra la influenza AH1N1.

El diputado Manuel García Corpus, presidente de la Comisión, mencionó que se destinaron los fondos para la compra de las citadas vacunas, pero no fueron aplicadas en su totalidad; se desconoce dónde se encuentran las dosis pendientes, subrayó.

“Hay un procedimiento administrativo contra funcionarios de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

Dijo que durante la comparecencia el funcionario no explicó los montos asignados a cada una de las entidades federativas, la totalidad de los recursos operados, los no operados y los de las obras que no fueron realizadas de manera correcta, por lo que serán investigadas por la subcomisión.

“Es un problema grave que va más allá de la desatención, es la ineficiencia y la corrupción que se hace de los recursos públicos que de por sí son pocos”, acusó el legislador federal.

Planteó la necesidad de crear un ramo administrativo que dé orden, definición y orientación en la aplicación de los recursos asignados al sector indígena, y no queden a la discrecionalidad de una sola oficina, apuntó.

En el caso de la segunda subcomisión, recabará información que coadyuve a detener la desaparición de la etnia Kiliwa, del estado de Baja California, la cual anunció llevará a cabo un pacto de sangre como protesta por la falta de agua.

“Obviamente tiene que haber motivos para que se planteen ese tipo de salidas que a simple vista no nos parece la más correcta”.

Resaltó que es preocupante que una comunidad decida desaparecer y más en estos términos de “pacto de sangre”, que seguir manteniendo condiciones de pobreza y discriminación.