El Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG) de la Cámara de Diputados presentó el libro “Violencia de Género, juventud y escuelas en México”, que contribuye a la comprensión de este fenómeno.
La obra propone implementar políticas educativas que propicien un mejor equilibrio entre hombres y mujeres, y que contribuyan a garantizar el derecho de adolescentes, niños y niñas a la no discriminación.
Durante el acto, expertos y legisladores federales subrayaron que la violencia de género se ha convertido en un problema de salud pública y pandemia global. De acuerdo con estadísticas oficiales, 63 de cada 100 mujeres mayores de 15 años en México han padecido alguna agresión, indicaron.
En el nivel educativo medio superior, abundaron, cuatro de cada 10 alumnos han sufrido algún tipo de violencia o acoso escolar, y seis de cada 10 individuos reportan haber sufrido agresión psicológica o física por parte de su pareja. Asimismo, 25 por ciento de los estudiantes de bachillerato declara que hay pandillas dentro de sus escuelas.
Por otra parte, según organismos internacionales, cada año 1.4 millones de personas en el mundo pierden la vida de manera violenta: 3 mil 800 muertes a diario, donde la mayoría de las víctimas provienen de sectores vulnerables, como menores de edad y mujeres.
En su intervención, la diputada presidenta del Comité del CEAMEG, Flor de María Pedraza Aguilera (PAN), subrayó que la violencia hacia las mujeres se ha vuelto parte “casi natural” de nuestras vidas; además, se reproduce en instituciones educativas, se engancha en el sistema de valores y desdibuja la igualdad entre hombres y mujeres en México.
Destacó que las agresiones contra mujeres en escuelas no sólo son cometidas por hombres, sino por las mismas mujeres “que transgreden la vida de sus compañeras y trasladan al ámbito público situaciones de estrés, abuso y maltrato sufrido en su entorno familiar”.
Esto, dijo, trae graves consecuencias; sin embargo, continuó, “no combatirla a tiempo implica circunstancias desfavorables que atentan contra el desarrollo de las personas”, mermando su capacidad para adaptarse al entorno y desembocando en eventos desafortunados como el suicidio.
Al tomar la palabra, la diputada Margarita Elena Tapia Fonllem (PRD), coordinadora de la publicación, detalló que la obra hace énfasis en los vacíos legales de las normas mexicanas vigentes, las cuales son susceptibles de ajustes, para impulsar la equidad de género y combatir fenómenos como el bullying en los centros escolares del país.
Propuso reformas a las leyes generales de Educación; del Servicio Profesional Docente; de Salud; de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y a las leyes del Instituto Mexicano de la Juventud, así como de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, y de Protección a los Derechos de Niños, Niñas y Adolescente.
Con la eventual aprobación de estas enmiendas “pretendemos contribuir a transformar la realidad de la violencia terrible que sufre la niñez y la juventud, y a atender de manera transversal este problema, a partir de un enfoque de derechos humanos, y perspectiva de género que abone a la cultura de paz en la educación, que urge tanto a nuestro país”, aclaró.
En su intervención, el rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Salvador de la Vega, refirió que en los últimos 10 años, a través de las comisiones de equidad de género de los congresos locales, se han establecido leyes e institutos para eliminar la violencia contra las mujeres, además de reformas a códigos penales con el mismo afán.
No obstante, sostuvo, la desigualdad continúa, y la discriminación física y sexual es un grave problema de salud pública en México. Estos fenómenos, “aún forman parte de la vida en el país, a pesar de los avances legislativos que se han registrado en materia de derechos humanos”, reiteró.
Leonor Calderón, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), instó a considerar la violencia como algo no natural ni hereditaria, sino un comportamiento aprendido en espacios donde se ejerce esta conducta. “Se aprende en su exposición o práctica, que lamentablemente, a veces, puede iniciar en el seno del hogar y está legitimada o normalizada”, precisó.
Añadió que esta conducta tiene injerencia en el comportamiento de las economías nacionales, ya que representa una importante carga financiera de las empresas por conceptos de atención, prevención y solución que deben cubrir cuando un entorno agresivo.
En tanto, Paula Villaseñor Torres, en representación de la Subsecretaría de Educación Medio Superior, coincidió en que la escuela es un espacio importante para implementar acciones preventivas, pues estos centros son, “por antonomasia, el primer lugar de socialización de los individuos –después del hogar-, y es ahí donde existen las áreas de oportunidad y retos que enfrentamos como sociedad para combatir la violencia de género”.
Por último, María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, celebró el análisis de esta problemática del libro y destacó que va más allá al reconocer esta realidad “tan difícil de nuestro México hoy en día”, al incluir las agresiones hacia los hombres y como esto influye en la violencia contra las mujeres.
Al concluir el acto, los legisladores e invitados a la presentación de “Violencia de Género, juventud y escuelas en México” rindieron un minuto de silencio en solidaridad y respeto a los normalistas desaparecidos en el estado de Guerrero, hecho que, coincidieron, es una muestra más de la problemática que pretenden atacar los legisladores mediante diversas acciones, como la publicación de esta obra.