En la prevención de enfermedades relacionadas con el corazón, nada mejor que medidas preventivas, aseguró José Alfredo Santibáñez Salgado, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, en ocasión del Día Mundial del Corazón, que se conmemora este 29 de septiembre.
A nivel nacional, los accidentes y enfermedades vinculadas son las dos causas principales de muerte. En los años 60, los padecimientos infecciosos provocaban la mayor mortalidad, tendencia que cambió por daños cardiovasculares y que se manifestó a partir de los años 80 y 90 del siglo XX.
Lo importante, manifestó Santibáñez Salgado, es conocer las principales causas de deceso y aplicar medidas preventivas.
Las enfermedades más frecuentes, añadió, son las isquémicas del corazón, es decir, infarto agudo al miocardio, así como accidentes cerebro-vasculares e hipertensión arterial. Se debe conocer su incidencia y, como medida de prevención, procurar su disminución.
Al respecto, sostuvo que México se parece a los países desarrollados en cuanto a sus afecciones. Alrededor del 65 por ciento de los pacientes son obesos, 45 por ciento diabéticos y 25 hipertensos. Esas condiciones, dijo, “conducen a enfermedades”.
Por ello, insistió en las medidas preventivas, aspectos educativos enfocados al cambio de hábitos alimenticios y al fomento de actividades deportivas, entre otros aspectos.
Es necesario tomar en cuenta que el tabaco y el alcohol son dañinos para el sistema cardiovascular, así como el estrés cotidiano. Al modificarlos, la incidencia disminuiría, aseguró.
Respecto al perfil de edades, detalló que a partir de los 40 años la ocurrencia de afecciones relacionadas con el corazón se incrementa. Incluso, hoy día en pacientes entre 20 y 30 años ya se presentan infartos y problemas de isquemia miocárdica.
Anteriormente se detectaban en personas mayores, luego de los 60 años o más. Ahora la edad se ha reducido y se ha visto que las manifestaciones y consecuencias son más peligrosas entre los jóvenes.
A ello deben añadirse altos índices de colesterol, estrés y falta de ejercicio. Por las condiciones de vida actuales, se pierde la posibilidad de practicar algún deporte y se incurre en malos hábitos alimenticios.
Tras los daños
Sobre el trato que deben recibir las personas que han sufrido algún daño al corazón, Santibáñez Salgado estableció que primero se deben conocer las afectaciones. Posteriormente, el tipo de tratamiento recibido, que pudo ser intervencionismo cardiaco o cirugía de revascularización coronaria, de acuerdo con la severidad de la alteración del órgano.
“La mayoría de los pacientes que han sido tratados oportunamente llega a reintegrarse a su vida cotidiana, no obstante, deben mantener una dieta, manejo médico y rehabilitación cardiaca”, apuntó.
El universitario, que imparte la materia Fisiopatología Quirúrgica en la FES Zaragoza, explicó que dentro de las enfermedades cardiovasculares están los accidentes cerebro-vasculares, que pueden deberse a hipertensión o arterioesclerosis, entre otros.
En México, las afecciones del corazón son más frecuentes en hombres que en mujeres, aunque en estas últimas comienzan a elevarse, entre otras razones por la dieta y el tabaquismo.
En la actualidad hay niños obsesos que con el tiempo contribuirán a aumentar la incidencia por los problemas de alimentación y sedentarismo, concluyó.