Se dice que el gusto del hombre por el hígado es inmemorial y data de la prehistoria. Los hombres de las cavernas pronto aprendieron que las vísceras de los animales que cazaban eran más sustanciosas que la carne, por lo que el hígado, los riñones, los sesos y el bazo eran lo primero que consumían.
Asimismo, el hígado fue un manjar muy apreciado en la antigüedad clásica y los romanos en particular preparaban un potaje a base de hígado e higos que era muy popular.
Un hecho muy poco conocido es que el hígado es el único producto cárnico que contiene vitamina C.
Durante la época de la colonización de Estados Unidos y Canadá, los tramperos y cazadores, que no disponían de frutas y verduras a la mano, dependían del hígado de las presas que cazaban para aprovisionarse de vitamina C.
Quienes sólo consumían carne, tarde o temprano desarrollaban escorbuto, su enfermedad carencial.
Propiedades medicinales
Nutritivo y antianémico.
Ventajas
Es uno de los alimentos más completos, riquísimo en proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales. El hígado de res contiene casi tanta vitamina A como el aceite de hígado de bacalao, siete veces más que la zanahoria y 50 veces más que la lechuga.
Un tercio de taza de hígado cocido satisface sobradamente las necesidades cotidianas de vitaminas del Complejo B.
En riqueza de vitamina C iguala a la toronja y supera a la lechuga, el tomate y el coliflor. El hierro que contiene es el que mejor se asimila y lo acumula en tal cantidad que opaca al huevo, los frijoles y las carnes rojas. Además, es el alimento más rico en vitamina B12, tiene 45 veces más que la carne de res, 100 más que la leche y 200 más que el pollo. Se le considera también una buena fuente de selenio, un mineral antioxidante muy valioso para protegernos contra el cáncer y los males cardiovasculares.
Desventajas
Por desgracia, el hígado no sólo acumula nutrientes de manera fabulosa, sino también sustancias potencialmente perjudiciales, como el colesterol y las purinas. La fábrica de colesterol en los mamíferos se halla en el hígado, por lo cual no debe sorprendernos que el hígado de res contenga casi el doble de colesterol que el huevo.
Pero, sabiamente, la naturaleza incluye en este mismo alimento sustancias lipotrópicas como la colina, la lecitina y las vitaminas B6, C y E.
Las purinas son parte de los desechos del organismo al asimilar alimentos ricos en ácidos nucleicos (hígado, riñones, sardinas, frijoles, levadura de cerveza), mismos que se transforman finalmente en ácido úrico, el cual puede favorecer ataques de gota o formación de cálculos renales en personas susceptibles.
Si se tienen antecedentes de cualquiera de estos dos trastornos, no es recomendable el consumo de hígado en demasía. Asimismo, debe evitarse ingerir hígado más de una vez a la semana durante los primeros tres meses del embarazo, ya que su abundancia en vitamina A podría afectar adversamente al feto.