Es necesario generar diálogos, debates y escuchar las diversas opiniones para identificar las desigualdades jurídicas y sociales que viven las mujeres.

El empoderamiento femenino va más allá de acciones individuales, pues los órganos de gobierno deben de generar condiciones para que puedan acceder a más y mejores oportunidades que incentiven y promuevan las habilidades, aptitudes y capacidades de cada mujer.

Recordemos que el pasado 3 de julio se conmemoraron 65 años del voto de la mujer, lo que fue el inicio para ubicar otros problemas, pues el voto no garantiza los derechos político-electorales, ni que la mujer vote libremente. Un logro desencadena otros, que dan pie a que se reconozca la falta de garantías y derechos.

Pese a que actualmente no se ha logrado eliminar la desigualdad, ahora se han evidenciado estos problemas y cada vez hay más mujeres y hombres que reconocen estos actos y toman acciones para erradicar este tipo de desventajas y desigualdades.

En el PRD fuimos de los primeros en postular un porcentaje mínimo de participación de las mujeres en puestos públicos, lo que derivó en la publicación de la ley sobre paridad de género, aunque no porque haya más mujeres significa que estemos representadas, pero esta situación ha ayudado a que haya un despunte de iniciativas que protejan y garanticen los derechos de las féminas.

Podemos tener un congreso lleno de mujeres, pero quizás a las mujeres no les interesa legislar sobre temas de mujeres o quizás haya mujeres que promuevan y que defiendan el machismo.