*Debemos sumarnos a los llamados de nueva convención fiscal

La política interior de la presente administración registra un saldo negativo debido a la constante descalificación y la confrontación entre quienes ejercen funciones de representación popular y tienen militancia en partidos y organizaciones distintas a la que sustenta el Ejecutivo Federal.

Si hay algo que caracteriza la política interior de esta administración, es la incapacidad autocrítica, en tanto que las relaciones del Ejecutivo Federal con los ejecutivos locales emanados de otros partidos políticos, está caracterizada por la tensión y la confrontación, cuestionando la estructura del federalismo.

Prevalece una incapacidad autocrítica que prefiere partir de una estrategia comunicacional excepcional, generar una nueva realidad, con los datos que se requieran, para eso existen otros datos y a partir de esa nueva realidad, seguir impulsando tomas de decisiones que muchas veces no corresponden a los éxitos que se presumen.

En las relaciones con los demás órdenes de gobierno se aprecia una lucha entre centralismo y federalismo en la que una fuerza política que se asume progresista, al mismo tiempo asume aptitudes centralistas y centralizadoras.

Por ello debemos sumarnos a los llamados para que se realice una nueva convención fiscal que revitalice el Pacto Federalista y le dé fuerza al territorio mexicano.