*Es necesario que haya revocaciones de mandato en los estados
Desde el año 2018, las y los mexicanos vivimos una transformación en la consolidación del Estado democrático y de los derechos mediante el fortalecimiento de los mecanismos que otorgan voz y decisión mediante las urnas.
Nos encontramos hoy en un momento crucial, donde cada mexicano es llamado a participar activamente en la construcción de un sistema político donde el pueblo sea el auténtico motor y evaluador de sus gobernantes.
Esto ha sido parte fundamental del cambio que estamos viviendo con el segundo piso de la Cuarta Transformación, mediante un esquema de democracia cada vez más justa y participativa.
La revocación de mandato es una figura constitucional que permite a la ciudadanía calificar el desempeño de sus representantes populares a través del análisis de su actividad pública, política y social mediante la rendición de cuentas.
Este mecanismo de participación ciudadana es una herramienta activa que permite a la ciudadanía involucrarse de manera continua, efectiva y constante a través de la voluntad popular y del análisis de los avances realizados en la actividad de los gobernantes.
Nuestra democracia representativa se ejerce con elecciones para decidir quienes ocupen el cargo público, siendo fundamental que existan mecanismos de evaluación y control a mitad del periodo para que el ciudadano pueda expresar su voluntad soberana de manera constante.
Estamos hablando de la revocación de mandato estipulada en nuestra Constitución para que la misma siga permeando en las entidades federativas sobre el poder ejecutivo local. Esta participación plena y efectiva asegura que quienes ocupan cargos públicos respondan siempre al interés colectivo y mantengan la confianza de sus electores.
De ahí la importancia de establecer en el marco constitucional, local y legal que regule estos procedimientos para evitar la inestabilidad política, al tiempo que fortalezca el vínculo de confianza entre los ciudadanos y sus representantes.
Sin duda, la democracia directa es un ejercicio de control ciudadano verdadero y efectivo, porque la democracia no es solamente elegir a las y los gobernantes, no es solamente el acto de emitir el sufragio y declararlos titulares o vencedores de algún cargo. La democracia es el ejercicio constante y permanente del ejercicio gubernamental.
Es por ello que hoy exhorto al resto de las legislaturas estatales que aún no han legislado lo que se establece en el artículo 116 constitucional.