*Historia parlamentaria, memoria de la nación

Para la maestra Eugenia Revueltas, nativa de Veracruz

Hace 116 años, el 21 de abril de 1914, que la Marina de los Estados Unidos "invadió Veracruz", con el pretexto de exigir una excusa por detención arbitraria de unos "marines" se les arrestó por escándalos de ebriedad.

El Chacal Huerta había usurpado la Presidencia de la República y acepto proceder al desagravio.

 En tanto Venustiano Carranza como jefe del Ejército Constitucionalista rechazó el desagravio, por el contrario, señaló al presidente Wilson de violentar el Tratado Guadalupe Hidalgo que establecía claramente los términos de las relaciones entre ambos países al respecto de la situación que se vivía, reclamando suspensión de hostilidades y abandonó incondicional de Veracruz. En respuesta los vecinos del Norte declararon el embargo de armas.

De cualquier manera, la Casa Blanca quería inmiscuirse en el curso que llevaba la Revolución mexicana, por lo cual preparó la intermediación de países hermanos, Argentina, Chile y Brasil, (ABC) convocaron a la Conferencia de Niagara Falls, donde acudieron también los representantes del gobierno usurpador, mientras los constitucionalistas reclamaban el respeto a la soberanía, ya que eran conscientes de que pronto la Revolución triunfaría.

Y así fue, el 23 de junio se produce la Batalla de Zacatecas y es derrotado el viejo ejército federal, por lo que el dictador Huerta es echado del país y en agosto se firman los Tratados de Teoloyucan.

Sabía y valiente victoria de Venustiano Carranza que hizo valer la soberanía del país al impedir que el Capitolio se constituyera en 1914 en arbitro de nuestros destinos, enseñanza que volvería a repetirse, sin éxito, en 1916 con el agravio de la Expedición punitiva.

Hoy son necesarias las convicciones de Carranza, así como el tacto, la habilitad política, su valentía, en la conducción de la política exterior de México para impedir los insultos y abusos de Trump.

La grandeza de México queda inscrita en las palabras de José Azueta, teniente de la Escuela Naval de Veracruz, quien herido de gravedad rechazó el auxilio médico extranjero con las palabras: "de los invasores no quiero ni la vida".

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