*El vendedor de zapatos
Hace 20 años, cuando comenzaron a aparecer en discretos garajes, escondidos prácticamente, cosa de empleadas domésticas, desocupadas, uno pispeaba al pasar unas 9-10 mujeres cantando a los gritos a cristo, algún viejo jubilado, algunos niños, y lo veía como algo inocuo: eran los evangélicos.
Hay que respetarlos, no hacen mal a nadie. Son gente buena...
Los desocupados se multiplicaron, y los garajes se convirtieron en gigantescas congregaciones multibillonarias.
Así nació Bolsonaro.
Así hace Trump que gaseen a los manifestantes para sacarse una foto con la biblia. Parecía que sostenía un zapato delante de una iglesia. ¡Este es mi zapato, con el cual aplastaré los desórdenes de nuestra gran nación!
Aleluya. Loado sea el señor.
Esa foto es un escudo ante la prensa; ante la gente no religiosa. ¿Pero qué le importa? Él mismo lo dijo: "puedo salir a la calle y matar a cualquiera, que me van a seguir votando".
O cuando se filtró que a las modelos "las agarro por el coño", la gente que lo apoyaba decía que era una "conversación de vestuario" y le dio exactamente igual.
Como bloque opera la gente creyente. No cuestionan. Hacen lo que les diga su pastor. ¿No está claro que son ovejas? Porque el pastor cuida ovejas. Y Trump es el gran pastor. La foto con la biblia dejaba claro el mensaje: tengo el apoyo incondicional de todos los creyentes,
puedo hacer lo que me dé la gana que ellos me apoyarán. Y lo volverán a votar. Y volverá a ganar. No importa que niegue el calentamiento global, que sea sexista, racista, clasista, que inclusive llame al ejército para reprimir a sus propios civiles desarmados.
Si ya ganó una vez, que parecía imposible, ¿cómo va a ser imposible la 2da parte, si tiene a la gente buena de su lado?
IG @elagujeroazul