*Potencial para escalar

Todo ser humano y toda sociedad tienen el potencial para escalar montañas, para expandir su horizonte, para alcanzar su plenitud. También pueden tomar el camino contrario y derrumbar sus construcciones, concentrarse en su ombligo y coartar su desarrollo.

Parece que la fórmula es relativamente simple.

Para crecer hay que asociarse, confiar en el otro, obedecer las leyes, aplicarse con entereza, poner las obligaciones antes que los derechos, tener pocas reglas, claras, sencillas y para todos.

Para derrumbarse, es preciso aislarse, desconfiar del otro, argumentar una excepcionalidad más allá de cualquier regla, regatear el esfuerzo, exigir los derechos y diluir las obligaciones, crear muchas leyes, confusas, complejas y plagadas de excepciones para grupos específicos que “lo merecen”.

Los políticos buscan obtener el poder, si no , no serían políticos.

Para alcanzar la cima del mandato público, estudian muy bien lo que está dispuesta a creer un segmento de la población lo suficientemente grande como para resultar electos. Los aspirantes a gobernar  husmean archivos, analizan estudios, encargan encuestas para , junto a sesudos asesores, diseñar una fantasía lo suficientemente atractiva como para obtener el favor del votante. Si descubren que el pueblo está en modo destructivo, le proponen sin rubor encabezar la marcha hacia el suicidio.

Si acaso sospechan que los electores están en modo heroico, épico, proponen conquistar la luna y las estrellas. Si descubren que están temerosos, alimentan sus rencores, fomentan su racismo, su clasismo, su nacionalismo. No hay escrúpulos a la hora de elegir el escenario para promover un mundo a la medida del cliente, sea éste proyecto realizable o no, lo que importa es obtener el poder.

Si para agenciarse el mandato hay que destruir a la sociedad, esto se considera un simple efecto colateral en una guerra que hay que enfrentar.  Cuando una comunidad está debilitada , es presa fácil de los menos talentosos, los carroñeros, los vivillos , los temerarios piratas que últimamente están resultando muy favorecidos.

Siempre que el debate público se centra en un rechazo, en un señalar sin descanso los delitos, pecados, fallas y debilidades del otro, se está diseñando un proyecto que para obtener el control total, polariza, aísla, enfrenta y manipula.

Cuando el proyecto se fundamenta en la grandeza del horizonte y se convoca a la ciudadanía a esforzarse y a dar lo mejor de si, se pone en marcha una maquinaria poderosísima de progreso y desarrollo.

Es fácil detectar a los que buscan el control total. No dudan, imponen, se burlan , vociferan, señalan, acusan, humillan, mienten, tergiversan. Acomodan la realidad a su personal fantasía creando un mundo ficticio soportado por un lenguaje que en cada frase desgasta su significado. La palabra, origen del universo, es utilizada como trapo convirtiéndolo en una “jerga” oscura que sirve a intereses confusos.

Los enanos están ganando el poder en demasiados sitios, como si la humanidad hubiese perdido la fe en si misma, como si el corazón hubiese perdido el temple, el ánimo, la esperanza.

Pongamos filtro a nuestros oídos, no escuchemos tanto sinsentido. Pongamos la mirada fija al final del horizonte, caminemos, caminemos, caminemos, que el que está en movimiento y sabe a dónde se dirige, nunca es alcanzado por la desdicha.