*Convertido en brutal explotador social el Infonavit
*Es el reto más difícil para la inviable 4-T de AMLO
En México ya existe un ejército de miles de trabajadores que caen en las garras del Infonavit que otorga créditos para vivienda en condiciones confusas, poco entendibles para la clase obrera y por demás abusivas porque los condena a estar pagando un préstamo en condiciones de brutal explotación oficial.
Hay ejemplos verdaderamente desgarradores que lastiman el sentimiento de la clase más castigada de la sociedad, porque no se dan cuenta del engaño hasta que pierden su empleo y entran en severa crisis emocional por la angustia de que pueden ser echados a la calle por no poder seguir pagando el agiotista crédito para vivienda.
Este catastrófico fenómeno social está saliendo a relucir con los efectos que arrastra el terrorífico virus que llegó al mundo para matar físicamente a miles de personas y de angustia a un número muy superior de trabajadores que se están quedando sin trabajo.
Y es en este escenario que los trabajadores descubren el abusivo sistema social al que han sido sometidos por sus gobernantes de todos los colores, de todos los credos, de todas las ideologías y de todo lo que huela a política.
A nuestra redacción comienzan a llegar quejas, pero sobre todo peticiones de ayuda, porque hay muchos trabajadores que analizan sus estados de cuenta y descubren que el crédito que les otorgó el Infonavit hace 10 años, ni ha bajado ni un centavo y por el contrario, deben más de la cantidad inicial del crédito.
Y cuando acuden a solicitar informes, los argumentos que ofrecen los funcionarios de la institución son por demás confusos y lo único que obtienen es alimentar todavía más la angustia de haber perdido su trabajo y entrar en crisis emocional por no saber si podrán conservar su vivienda, pues las explicaciones que reciben así se los deja entrever.
Hay casos en que a un trabajador le dicen, con tono amenazante, que cuando adquirió el crédito aceptó pagar en Udis, sistema difícil de comprender para la mayoría de los trabajadores, pues les dicen que debieron haberlo adquirido en pesos.
Y si un trabajador pretender liquidar el saldo que tenga de la vivienda adquirida a través de ese crédito, le resulta imposible porque el Infonavit lo obliga a estar cautivo con esa deuda durante 14 años mínimo.
Al final de cuentas el abusivo sistema crediticio del Infonavit termina por convencer a los trabajadores que al sistema no solo se le debe catalogar como corrupto por los gobernantes que roban desde su posición, sino por el modelo político, económico y social con que han castigado a la mayoría de los mexicanos a través de sus diversas etapas de la historia.
Son toneladas de dinero que la clase laboral aporta a ese organismo de financiamiento de vivienda y son muchos los recursos que se cobra a quienes adquieren un crédito por demás abusivo.
Así las cosas, si este problema social no se atiende con prontitud por la cacareada “cuarta transformación”, como se pavonean los del partido Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza la pretendida misión, que no proyecto, pasará a la historia con páginas más cruentas por el engaño con que se hizo del poder político solo para aplicar venganzas, porque nada transformará y por el contrario, agudizará enconos sociales y así se irá el tabasqueño a la “chingada”, como se llama la finca de su propiedad localizada en el sur de México, y frase que él mismo la ha externado públicamente.
El asunto permite dejar en claro que transformar el sistema social de un país por la vía pacífica no es cosa de palabras, sino de hechos que requieren de mucha sabiduría y para lograrlo se requiere de todos los actores sociales, pues de otra manera se tendría que recurrir a movimientos armados para convertir a los pobres en ricos y ahuyentar o matar a los ricos, pues se debe asimilar que en este tipo de movimientos la clase media no existe por naturaleza lógica.
Como se ve, la introducción de este análisis se refiere al azote social por parte de las instituciones y el final aterriza con la reseña de que hasta el momento México vive más de lo mismo, por mucho que en las mañaneras se insista en sostener tercamente que con el advenimiento del morenismo México ya estableció el modelo justo, equitativo y sin pobres.
Que quede para la reflexión.