*Las Bravatas y sus Consecuencias

Durante años y años los políticos de oposición fastidiaban hasta el hartazgo por las celebraciones, ceremonias, desfiles, homenajes y reconocimientos de toda índole y tamaño al mandatario. Rezongaban y maldecían porque septiembre era el “mes del Presidente” y del culto de semidiós que se le rendía.

Y desde hace tres años que se ha transformado dramáticamente la realidad y la dinámica de México, en lo que hace al culto del presidente, el servilismo, la adulación y la abyección de sus cercanos y servidores no ha variado un ápice, por el contrario pareciera que todo su círculo más cercano se esmera en complacerlo aún en las ideas más contradictorias y negativas para el país.

Y en lo que hace a las consecuencias de los desplantes y conductas no sólo ofensivas, sino desafiantes hacia los Estados Unidos, pareciera que en la cancillería nadie quiere recordarle al inquilino de Palacio, los gravísimos problemas que tuvo que sufrir México hace casi 50 años cuando el presidente Luis Echeverría, por querer quedar bien con el mundo árabe y ganar apoyos para su Carta de los Deberes y Derechos Económicos de los Estados, ordenó al entonces secretario de Relaciones Exteriores votar en las Naciones Unidas a favor de la “Resolución 3379, que definió al sionismo como una forma de racismo. Y en efecto: “México votó a favor y a raíz del voto mexicano, los judíos de Estados Unidos (que no el gobierno), declararon un boicot turístico a nuestro país”* con las terribles repercusiones económicas que eso implicó.

Y créame el asunto no fue menor, ni un caprichito de los judíos. Al día siguiente de la votación en la ONU, el 10 de noviembre de 1975, se organizó una protesta en Nueva York, a la que asistieron 200 mil personas, se enviaron numerosas cartas de protesta al gobierno mexicano y norteamericano en donde se expresaba el “sentimiento de injusticia y traición, y surgió el boicot, como una resolución visceral y espontánea”.

Y como señala en su trabajo la doctora Ariela Katz: Las reacciones no se dieron únicamente en Estados Unidos. Líderes intelectuales como Jean-Paul Sartre, Pierre Mendes-France, Simone de Beauvoir, François Mitterrand y René Cassin, el jurista francés que ayudó a redactar la declaración Universal de los derechos Humanos, calificaron la votación como "una falsificación de la verdad histórica"*.

Echeverría creyó que con saliva podía arreglar el asunto y lejos de resolver nada empeoró todo cuando declaró: "México no es antisemita, de hecho, los judíos siempre han vivido aquí en paz". Pero después agregó: "lo que Israel tiene que dejar claro es que sionismo no es expansionismo dirigido contra sus vecinos. Cuando se haga esto, el gobierno modificará su actitud en el tema".29 Estas declaraciones no aminoraron el efecto negativo del voto de México”*.

 O como la Chimoltrufia: “así como digo una cosa, pues digo la otra”.

Fueron cientos las agencias y compañías de viajes las que cancelaron charters, convenciones y reservaciones de grupos a México, convocando a sus clientes a “visitar países donde los judíos puedan sentirse cómodos”.

Y como diría el Quijote:, “para desfacer agravios y enderezar entuertos”, tuvieron que intervenir el canciller Emilio O. Rabasa, el embajador de Estados Unidos, Joseph J. Jova, el embajador de México ante la ONU, Alfonso García Robles, el expresidente Miguel Alemán Valdés, quien además era el presidente del Consejo Nacional de turismo ante distintas instancias y organizaciones de la comunidad judía internacional, primordialmente la norteamericana pero ni así.

Fue tal la tozudez de Echeverría; que despidió a Rabasa pese a sus esfuerzos por solucionar el asunto, nombró a Alfonso García Robles en su lugar.  Y tuvo que ser “después de la ratificación del boicot, conjuntamente con el despido de Rabasa, cuando comenzó un cambio en la postura pública de México.

En una reunión de la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en París, México se rehusó a endosar otra resolución que incluía referencias a la resolución del 10 de noviembre que equiparaba al sionismo con el racismo. De igual forma, en una junta del International Civil Aviation Organization en Montreal, México se abstuvo en una resolución que atacaba al sionismo.

El Presidents' Conference y el gobierno israelí advirtieron claramente el cambio.

Fue así que el 26 de enero de 1976, el rabino Alexander M. Schindler, presidente entrante del Presidents' Conference, anunció en Nueva York la normalización de las relaciones entre los judíos de Estados Unidos y México. Sus declaraciones se difundieron en los periódicos estadounidenses y en la prensa mexicana.

Este asunto sólo lo quise recordar para que tengamos claro que aunque aquí podamos ser muy benevolentes, resignados, complacientes o como quiera usted llamarlo con las contradicciones, desatinos o equivocaciones  del presidente, no en todas partes ni todas las comunidades reaccionan al igual que en México-Tenochtitlán, como quedó evidenciado en otros lugares no tienen que seguirle la corriente al mandatario de otro país cuando les falta al respeto a sus costumbres, creencias o valores.

La más reciente demostración de eso la acabamos de ver en Chile donde 3 mil ciudadanos de ese país atacaron a migrantes venezolanos y quemaron sus pertenencias, al tiempo que les exigían largarse del territorio y regresar a su país o a donde fuera.  Eso sin contar las agresiones y los chicotazos a los migrantes haitianos, tanto en México como en la frontera con Estados Unidos.

La conducta de los países no las rigen los presidentes.

En España tampoco han hecho mucha gracia las declaraciones y la acciones antiespañolas en torno a la Conquista, acusándoles de abusivos, retrogradas y asesinos.

Y cómo se verán las cosas desde Europa, que de una manera por demás educada y diplomática Su Santidad, el Papa Francisco, en el marco de los 200 años de la Independencia de México, envió una carta dirigida a los mexicanos en donde recomienda: “no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos en vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común, por encima de intereses particulares, las tensiones y los conflictos, reafirmando los valores que los han constituido y los identifican como pueblo, valores por los que tanto han luchado, incluso han dado la vida sus antecesores, la independencia, la unión y la religión”**.

*(http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2448-65312016000200555) Ariela Katz Gugenheim1  “El boicot turístico a México. Controversias político-diplomáticas a raíz del voto mexicana en la resolución 3379 de la ONU”

**(https://veracruz.quadratin.com.mx/papa-francisco-pide-perdon-por-los-pecados-sociales-que-no-contribuyeron-a-la-evangelizacion/)

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