*Los desperdicios en México

Entre sus variadas acepciones, desperdicio significa: “residuo que no se puede aprovechar o se deja de utilizar por descuido”, pero el mal uso o no aprovechamiento cabal de cosas, productos o personas, pasa de ser desperdicio a despilfarro. Y en el caso de nuestro país que tiene tantas carencias, pareciera que nos enorgullece tanto desperdiciar, como despilfarrar nuestros dineros, nuestros recursos humanos, ambientales y de todo orden.

Para ejemplificar lo anterior comenzaremos por informar que según la FAO que es la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU: “cerca de 35% de todos los alimentos preparados y producidos en México se tiran a la basura, el nivel de desperdicio puede llegar hasta un 40% si se trata de carnes blancas como el pollo y el pescado y un 37% para la carne de res. Lo que equivale a 20 millones de toneladas de comida cada año” (El Economista. 25/04/2021).

En la Ciudad de México, se desperdician cerca de 13 mil toneladas de comida diariamente mientras que el 15% de la población que habita la urbe presenta alguna carencia alimentaria.  En la capital del país habitamos poco más 9 millones 200 mil habitantes según el censo de 2020, por lo que el 15% equivale a más de un millón 380 mil personas que carecen de los recursos para alimentarse adecuadamente, y aunque muchas personas se resisten a creerlo, no está de más recordar que la CDMX es una de las entidades con un 30% de su población en condiciones de pobreza.

Según CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) en 2018 los estados con el menor porcentaje de pobres eran Nuevo León (14.5); Baja California Sur (18.1) y Baja California (23.3), en tanto que los estados con mayor número de pobres son Chiapas (76.4); Guerrero (66.5) y Oaxaca (66.4).

Pero de regreso a los desperdicios de comida (que según algunos cálculos equivalen a 50 mil millones de pesos), la gravedad de éstos no se agotan en la falta de aprovechamiento por millones de seres humanos, sino que tiene implicaciones ambientales y económicas. 

La producción y el desecho de alimentos incrementan de manera importante la emisión de gases invernadero y genera pérdidas sustanciales para los agentes que preparan y comercializan alimentos.

Y como parte importante, muy importante para la generación de desechos orgánicos y el despilfarro de alimentos (aunque nadie lo haya destacado cabalmente), están los aborrecibles, ominosos y cada vez más frecuentes plantones, bloqueos, tomas de casetas de peaje y cierres de carreteras, caminos y vías del ferrocarril que al permanecer a pleno sol de canícula, descompone no solo los alimentos sino incluso materiales industriales, farmacológicos y otros insumos vulnerables al sol o calor excesivo, eso sin contar las afectaciones industriales y laborales por falta de materias primas, refacciones y demás insumos  para la producción.

Como ejemplos más que representativos de los desperdicios o despilfarros en que incurrimos porque alguien no está cumpliendo con sus obligaciones y ejecutando correctamente su trabajo, comenzaremos por referirles que según datos revelados por la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes “entre enero de 2019 y agosto de 2020, se registraron 10 mil 39 tomas de casetas en diferentes entidades, es decir, 16.5 bloqueos cada día”. El quebranto por estas canalladas fue por más de 6 mil 132 millones de pesos, lo que representó para la dependencia, una pérdida de 10 millones 69 mil 950 pesos cada 24 horas o 6 mil 993 pesos cada 60 segundos (milenio 01/12/2020).

Parafraseando a alguien, eso no lo ganaba y menos desperdiciaba… ni Obama.

En lo que hace a los bloqueos de las vías férreas, durante el Encuentro de Transporte y Logística (ETYL) 2020, el presidente de la Comisión de Transporte de la Concamin, Felipe de Javier Peña Dueñas, recordó “que en 2019 se registró un bloqueo de 28 días con una pérdida de mil millones de pesos diarios”  y que hubo un momento en que “se llegaron a acumular 131 días con bloqueos ferroviarios en 7 entidades, con cierres vigentes en Chihuahua y Michoacán” lo que afectó de manera importante el traslado de productos y materiales que abastecen a las industrias automotriz, energética, química, farmacéutica, tiendas departamentales entre otras. Tan sólo en el puerto de Lázaro Cárdenas llegaron a quedar varados más de 4,540 contenedores.

En lo que hace al “ahorro” que ha representado el repudio del avión presidencial, por lujoso, ofensivo y representar un despilfarro del dinero del pueblo, los gastos de la aeronave que ha sido rifada, expatriada, usada como transporte de carga para material de los atletas participantes en los juegos olímpicos, sus gastos por servicio de administración, actualización y encriptado de software y cinco elementos que revisan de manera frecuente sus sistemas,  ascendieron en abril de este año a 39 mil 500 dólares. Pero en marzo la Sedena erogó poco más de 181 mil dólares por mantenimiento e inspección de la nave y en junio otra vez por trabajos de mantenimiento y servicios varios se gastaron más de 812 mil dólares.

Eso sin contar que Banobras sigue pagando por arrendamiento financiero, amortización e intereses otros 2mil 470 millones de pesos por la aeronave que nadie utiliza y nadie quiere… pero como cuesta.

¿Eso sí será ahorro o despilfarro? Usted dígame.

Tampoco podemos olvidar que en 1996, cuando AMLO y sus huestes tenían tomados 51 pozos petroleros en seis municipios de Tabasco, (lo que significó pérdidas millonarias para PEMEX) llegó a decir que "la cárcel es un honor cuando se lucha por la justicia".  Esto por supuesto ante el temor de que lo detuviera la policía. Y tampoco podemos dejar pasar, el plantón que duró 47 días en Reforma en 2006, que llevó a la quiebra a cientos de empresas y sin empleo a miles de trabajadores en la ciudad de México.

Pero existen otros aspectos de los cuales no podemos hablar en términos monetarios o crematísticos y desgraciadamente me refiero a las miles de vidas que se han desperdiciado y despilfarrado por políticas equivocadas, ocurrencias, caprichos, e incompetencia de autoridades civiles, militares, policiacas y médicas.

Eso no hay forma de hacer balances equilibrados cuando por cientos día a día siguen muriendo inocentes a manos de bandas criminales y autoridades indolentes.

México no puede seguir permitiéndose esos desperdicios o despilfarros como los otros 500 millones que se han destinado para consultar todavía no sé qué.

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