¿Y el dinero de los fideicomisos?

Las controversias sobre los resultados de la Hacienda pública dados a conocer la semana pasada durante el  (¿12º?)  Tercer Informe de Gobierno, han convertido a los medios y a la conferencia mañanera en lo más cercano a un palenque, donde cada quien echa su gallo al ruedo y según la emoción del día es como se despluma al gallo rival.

Sobre los “logros históricos” alcanzados por el presidente en materia de remesas, reservas internacionales, aumento histórico del salario mínimo en términos reales, estabilidad cambiaria, el flujo de la inversión extranjera directa, el nivel de la deuda pública y el índice de la Bolsa Mexicana de Valores, han merecido encendidos debates sobre su veracidad o no. Sin embargo, en lo que hace a la “Austeridad Republicana” no se mencionó el destino de los dineros de los fideicomisos extinguidos el año pasado, y a eso me referiré.

Como usted recordará, con los argumentos de sanear la administración pública y reordenar la vida del país, y ya que los fideicomisos fueron instrumentos usados por gobiernos anteriores “para evitar supervisión y fiscalización; y se constituyeron en un sistema paralelo de las finanzas públicas,  fue que se decidió extinguir los fideicomisos y así: El Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó el 6 de noviembre de 2020, el decreto del Legislativo Federal que extingue 109 fondos y fideicomisos públicos que atienden diferentes temas relacionados con salud, deporte, ciencia, tecnología, medio ambiente, protección civil, cultura y cinematografía, entre otros.

El decreto, modificó 17 leyes, abrogó dos más, y entró en vigor el sábado 7 de ese mismo mes.

A partir de esa fecha, las dependencias y entidades que tenían a cargo dichos fondos y fideicomisos, contaron con un plazo de 30 días naturales para concentrar la totalidad de los recursos de esos instrumentos en la Tesorería de la Federación.

 Y esto es muy importante, en tal decreto se estableció: que “los ingresos excedentes que se concentren en la Tesorería de la Federación se destinarán en términos de la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal correspondiente, con prioridad, para el fortalecimiento de los programas y acciones en materia de salud, especialmente para los requerimientos derivados de la atención a la pandemia generada por la enfermedad Covid-19, (hay que destacar esto último). Incluyendo, en su caso, la obtención de la vacuna en el número de dosis necesarias, así como para procurar la estabilización del balance fiscal federal y el pago de las obligaciones previamente contraídas por los vehículos financieros”.

Y aquí nos podríamos preguntar, si el primer embarque de vacunas llegó el 23 de diciembre del año pasado y según Arturo Herrera, entonces secretario de Hacienda “el monto total de los convenios suscritos para las vacunas representaba 1,659 millones de dólares; al tipo de cambio vigente eran alrededor de 33mil millones de pesos” y el gobierno federal debería solventar los “poco más de 1,300 millones de pesos adicionales para la aplicación directa de la vacuna”, ¿a dónde fue a parar el resto del dinero de los fideicomisos y cuánto dinero más se tendrá que desembolsar para lograr el 100% de la población susceptible de ser vacunada, ahora que ya se contempla a los mayores de 12 años para la protección de ese universo?

En ese decreto se establece también que: “los remanentes de recursos del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales, se deberán concentrar a más tardar el 30 de junio de 2021, por concepto de aprovechamientos, a la Tesorería de la Federación, y se destinarán por la SHCP para la atención de desastres naturales, así como para cubrir las obligaciones pendientes”. Y es la hora en que no se ha dicho cuánto de ese Fondo se ha aplicado o va a ser destinado para las zonas declaradas en emergencia después del paso de los huracanes. (http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/AgenciadeNoticias/2020/Noviembre/06/7410-Publica-DOF-decreto-que-extingue-109-fideicomisos-entra-en-vigor-manana-sabado)

Según la letra del decretazo, esos recursos deberían de ser lo más transparente de la administración y pese a que se estipuló como prioridad las vacunas para el Covid-19; no se ha disimulado que hemos recibido millones de vacunas por caridad de los Estados Unidos y que el propio presidente anunció que le solicitó una ayuda especial a Kamala Harris en su última entrevista.

No es mi papel supervisar o fiscalizar el gasto público, pero no termino de comprender cómo la honestidad valiente pueda ser tan opaca contablemente y no estaría de más, que ahora que el Congreso de la Unión está tan empeñado en trabajar seriamente para hacer que se respeten a cabalidad las leyes del país, no pueda exigir que se rindan cuentas públicamente de los dineros y recursos que se ocupaban para tareas específicas, como los ya referidos del FONDEN.

Y para no improvisar, le comento lo que opinan los especialistas en estos temas: de acuerdo con la revista Expansión; “hasta diciembre de 2019, había 740,500 mdp en todos los fideicomisos, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda-pero- si restamos los que no se pueden eliminar, el país cuenta con una cifra aproximada de 283,500 mdp por lo que “el beneficio sería importante para mitigar el crecimiento de la deuda en 2021”. (expansion.mx/economia/2020/04/08/opacidad-reina-desaparición-fideicomisos-públicos).

 Macario Schettino escribió esta misma semana: “no hay magia. Lo que el gobierno ha hecho es liquidar fideicomisos y de ahí obtener 370 mil millones de pesos, y además ha hecho uso de los ahorros que se tenían por 500 mil millones más.

En suma, en dos años y medio, el gobierno ha reducido sus activos e incrementado su deuda a un ritmo de un billón de pesos por año. Ya no tiene muchos activos, veremos cuánta deuda aguanta”.

Y finalmente el Dr. Carlos Urzúa, alguien que sí le entiende bastante bien a la 4T desde su concepción, publicó en El Universal: “en términos del producto interno bruto, la inversión pública actual es menor a la que se dio no ayer ni antier ni antes de ayer, sino desde hace años, desde lo que va del siglo”.

Así pues, aunque no somos especialistas en el tema, sí tenemos derecho a preguntar sobre cuentas que nomás no cuadran. Pero que los especialistas coincidan en que las cosas no andan bien, por no decir que mal o muy mal, sí debería preocupar a la Auditoría Superior de la Federación y a otras autoridades más.

La pregunta es simple ¿dónde quedó todo ese dineral? después de veintitantos días, apenas esta semana se acaban de anunciar fondos para reconstrucción de las zonas dañadas por los huracanes Grace, Ida y Nora.

Y para terminar déjeme decirle que como una novedad macabra, después de los millones de vacunas que andan girando por el país, resulta que si un niño solicita judicialmente una inmunización, ¡a los ojos de la autoridad sanitaria puede poner en riesgo a una persona mayor!

¡Pero el 12 y 13 de junio, México regaló 400 mil vacunas a Belice, Bolivia y Paraguay. Y aquí no hay para vacunar niños! (https://www.elfinanciero.com.mx/salud/2021/06/12/mexico-dona-400-mil-vacunas-covid-a-belice-bolivia-y-paraguay/)

¡Vaya que por creatividad y disparates no paran!

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