*La Agenda Olvidada

Cada año en mayo y diciembre como en un ritual cruel pero insustituible, tanto Banco de México, la Secretaría de Hacienda y desde hace tres años la Presidencia, rinden un homenaje verbal y de celebración victoriosa por el “aumento récord” del envío de remesas de dólares por “nuestros paisanos” y después regresan al olvido y a la indolencia de las mismas autoridades.

Y para confirmar lo dicho, le diré que el pasado 4 de mayo el periódico El Financiero destacó:

“El envío de dinero a México por parte de los connacionales durante marzo llegó a 4 mil 152 millones de dólares, el equivalente a 83 mil millones de pesos, con lo que se llegó a un nuevo máximo histórico, de acuerdo con datos del Banco de México (Banxico)”.

Ahora bien, esas cantidades que tanto se celebran, a la fecha ya representan cerca del 1.2% del Producto Interno Bruto del país y ya se han convertido en la principal fuente de divisas, pues a raíz de la pandemia y las restricciones que se impuso a las aerolíneas, los hoteles, cruceros y a todo el sector turístico se tradujeron en una severa reducción de visitantes a nuestro país.

La Jornada informó (27/04/2021) “En el primer bimestre-de 2021-, según Banxico, llegaron 3.5 millones de viajeros, 53 por ciento menos que los 7.5 millones que en el mismo bimestre de 2020.

Y de acuerdo con la firma Deloitte, “antes de la pandemia el turismo estaba destinado a superar a las remesas como principal fuente de divisas, dado que desde su perspectiva los envíos de connacionales crecerían en promedio 1.3 por ciento al año, mientras que la derrama de turistas lo haría 10 por ciento anual”.

Como hemos podido comprobar, la importancia económica de los mexicanos radicados en los Estados Unidos no podía ser más grande; ya han superado los ingresos tanto del turismo como de la venta de hidrocarburos, que como ya sabemos, constituyen las tres principales fuentes de ingresos de divisas.

Y ahora que nos visitaron el jefe de la CIA –antes de las elecciones-, después la vicepresidenta de los Estados Unidos y su secretario de seguridad nacional, según los reportes e informes de prensa y oficiales; se trataron asuntos de migración, salud, comercio, armas y narcotráfico.  Resaltó la declaración de Kamala Harris: “cuando los trabajadores son fuertes, nuestras economías son fuertes”.

 Yo preguntaría: ¿qué tan fuertes o qué tan débiles, comparadas con cual o con qué economía?  Porque la salud de nuestros trabajadores en el extranjero también debe de ser un factor de importancia fundamental ¿o no?

¡¡Ojalá alguien nos lo explique!!

Dentro de los acuerdos de las reuniones entre los funcionarios y nuestro primer mandatario, se estableció la donación (regalo) de un millón de vacunas adicionales a nuestro país, claro con la condición de que se aplicaran en todos los municipios fronterizos del norte, para que dentro de un mes se pueda dar la apertura en esa franja. 

Pero hace 13 días (12/06/2021) Ariadna García publicó en El Universal: “el gobierno de México donó 400 mil dosis de vacunas Aztra-Seneca contra el Covid-19 para Belice, Bolivia y Paraguay, las que serán transportadas por la Fuerza Aérea Mexicana, según Marcelo Ebrard”.

Lo que no mereció siquiera mención; fueron las terribles condiciones de los millones de mexicanos residentes en ese país, donde como ejemplo entre “mesas de verduras, ropas y cargadores de teléfonos en el mercado de pulgas al aire libre más grande de Fresno, se vendían medicamentos recetados como tratamiento para Covid”.

Amy Maxmen, publicó en el New York Times “20/06/2021”: los puesteros “vendieron inyecciones por 25 dólares del esteroide dexametasona, varios tipos de antibióticos y el fármaco antiparasitario ivermectina, la cloroquina y la hidoxicloroquina, medicamentos contra la malaria promovidos por el presidente Donald J. Trump el año pasado, también aparecen regularmente en el mercado, al igual que los suplementos de hierbas falsos”.

“Oralia Maceda Méndez, defensora de un grupo comunitario de pueblos indígenas de Oaxaca con sede en Fresno –según la misma fuente-, ha escuchado muchas historias de inmigrantes en su comunidad que se tratan así mismos para el Covid-19 con penicilina, otros antibióticos o una combinación de vitaminas y terapias a base de hierbas o viajeros que venden medicamentos comprados en México”, y no faltaron quienes llegaron a pagar “tratamientos de 1,400 dólares que incluían jeringas y “viales etiquetados como timosina-alfa1, VPC-157 y LL-37, sacados de un gabinete de la cocina de su casa móvil, que no sabía exactamente qué eran”.

Después de revisar este reportaje se vuelve imperdonable el no preguntar: ¿por qué los migrantes con papeles o sin ellos, no pueden formar parte de la agenda binacional al más alto nivel?

En la agenda binacional siempre se deja de lado a los que alguna vez  AMLO calificó como: “una bendición; Porque sin la entrada de esas remesas estaríamos mal, porque es la principal inversión para la gente del pueblo”.* (El Economista 02/09/2019).

Así pues, mientras las prioridades binacionales siguen siendo el comercio, las armas y las drogas, parece que tanto los mexicanos radicados allá como los centroamericanos y otros indocumentados varados acá, deberán procurarse sus propios remedios para la pandemia y seguir tan indefensos como hasta ahora.

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