*Receta para enderezar el rumbo

Después de excederse, de beber y emborracharse a diario, de abandonar el negocio, de alimentarse con chatarra y evitar el ejercicio, de sobregirar todas las tarjetas de crédito e hipotecar hasta las macetas de la casa, de pelearse con clientes y proveedores, de insultar a empleados y colaboradores poniendo a la institución al borde del abismo, viene un intento draconiano que, ante la emergencia, impone horarios, dietas, normas y procedimientos, metas medibles y objetivos urgentes y ambiciosos, reestructura crediticia, reordenamiento patrimonial y alineamiento de voluntades.

Nadie se opone. Es evidente el desastre que dejó la irresponsable pachanga, a nadie le parece mal semejante esfuerzo encaminado a "revivir al casi muerto".

Pero el tiempo pasa, se restañen las heridas, se recupera la salud y...se olvida que la irresponsabilidad cobra sus facturas.

Se empieza a denunciar que la recuperación no fue pareja, y eso es cierto, que algunos se recuperaron de más, y eso es cierto, que los rezagados se han quedado (a veces por indolencia, a veces por injusticia) sin oportunidades, y es cierto.

Los que protestan, los inconformes, en lugar de proponer se corrijan los indeseables efectos de aplicar de manera imprecisa o insuficiente una medicina que era urgente, en lugar de apuntar las soluciones para que los rezagos se superen, en lugar de eso, proponen... ¡Volver a la fiesta!

Pero está vez a una fiesta en la que no solo se dilapiden los recursos, se diluya el esfuerzo, se confundan las metas, se perviertan los objetivos, se vuelva a polarizar a los integrantes del barco a los que se les invita a remar sin coordinación ni rumbo, no, esta vez quieren más.

Ahora se propone que para que la fiesta sea más espectacular y más equitativa, se incendie todo para que el fuego purificador nos ilumine y acaricie con su abrazador aliento quitándonos este frío insensible que provocaron los que enderezaron el rumbo y que despreciamos por "neoliberales".

El populismo es, en sí, nefasto y destructivo. El neoliberalismo es simplemente una receta amarga pero saludable para enderezar el rumbo.

El verdadero problema está en entregarse en los brazos de la verdadera y más alta delincuencia organizada, la banca internacional, y eso lo hacen por desgracia unos y otros.

El verdadero problema es la corrupción y eso, por desgracia, la practican unos y otros.

El verdadero problema es que ningún político tiene al ser humano al centro de sus preocupaciones y eso, por desgracia, es defecto de unos y otros.

Que no te engañen, esa luz maravillosa y transformadora no es un nuevo amanecer, es el patrimonio colectivo y personal que construyeron tus abuelos con mucho esfuerzo y que está en proceso de transformarse, por cuarta ocasión, en cenizas.

Save
Cookies user preferences
We use cookies to ensure you to get the best experience on our website. If you decline the use of cookies, this website may not function as expected.
Accept all
Decline all
Analytics
Tools used to analyze the data to measure the effectiveness of a website and to understand how it works.
Google Analytics
Accept
Decline
Unknown
Unknown
Accept
Decline