*“Las personas”

Entre los años 2005 y 2011, en México apareció numeroso grupo de “personas”, como las que se mencionaron en la columna anterior.

Esas “personas” se apropiaron de localidades, municipios, regiones, en muchos estados de la República. Introdujeron y establecieron los hábitos y las reglas del narcotráfico.

Con su presencia, se creó el gigantesco problema de inseguridad pública que tenemos actualmente.

Es obvio, “las personas tenían el cobijo de los gobernantes” —de todo tipo— y eso les permitió establecerse. La sociedad —en general— no tuvo ninguna posibilidad de actuar colectivamente y dejó en manos del gobierno enfrentar al crimen organizado.

Por más que se quiera culpar a uno u otro sexenio, la realidad que vivimos es mucho más compleja y no puede valorarse en un solo período de seis años… Eso debemos aceptarlo.

Actualmente —con AMLO y la 4T— él atribuye la existencia del crimen organizado a los “gobiernos neoliberales” —sobre todo al gobierno de Felipe Calderón (2006-2012)— y eso sólo es parcialmente cierto. El problema se gestó en muchos gobiernos anteriores.

Los opositores a AMLO insisten en evidenciar sus errores y hablan de que su estrategia pacificadora —“Abrazos no Balazos” — no es suficiente, por lo que “está militarizando el país en la búsqueda de una estrategia que ofrezca mejores resultados”… Según ellos.

Esa visión tampoco es un buen punto de partida.

El problema real es mayor. Es mucho más grande de lo que imaginamos.

Para pensar en él debemos dejar de “politizarlo”. No se trata de una lucha entre conservadores y liberales. Es un problema recurrente con diferentes “tipos” de gobierno.

La inseguridad pública está presente en nuestra sociedad. Y para enfrentarla hay que buscar resultados y dejar de etiquetar nuestros problemas con un sello político.

La inseguridad pública es Transexenal. Y los mecanismos de presencia e influencia del crimen organizado —en todos los sexenios— han involucrado los tres niveles de gobierno —local, estatal y federal— sin dejar de lado los poderes Legislativo y Judicial.

Los tres poderes políticos en México: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, son los responsables de lo que hoy vivimos.

También participan otros actores: los empresarios, la prensa, la academia, los partidos políticos, las iglesias y muchos más.

Tal y como lo hicimos durante la pandemia de Covid-19, ahora —frente al crimen organizado—, debemos participar todos activamente.

Debemos organizar un acuerdo colectivo y analizar lo que sucede en el país para —desde ahí— encontrar una salida.

No se trata de un problema sencillo. Todo lo contrario… Es muy complicado.

Por eso —urgentemente— debemos pensar en una propuesta de forma colectiva, surgida de un amplio grupo de personas e instituciones.

En este proceso, los “apodos”, las “descalificaciones”, la “antipatía”, el “odio” o la “mala voluntad”, no caben.

Se necesita visibilizar una propuesta ciudadana que —a diferencia de lo que proponen los partidos políticos— tenga una aceptación mayoritaria.

Esto puede ser posible.

EJEMPLO DE TORREÓN

En 2014, Torreón, Coahuila, estaba en manos de “las personas”, desde el año 2005.

Trabajamos ahí realizando un “Diagnóstico e Intervención con Jóvenes en contextos de violencia y delito”, para la Subsecretaría de Prevención a la Delincuencia, de la Secretaría de Gobernación (Segob).

Había “toque de queda” por las noches en esa zona.

Trabajamos en uno de los “Polígonos” donde se acentuaban los más altos niveles de violencia, delincuencia y problemáticas sociales.

Este sitio era conocido como “Cerro de la Cruz”, conformado por tres pequeñas colonias (Cerro de la Cruz, Aquiles Serdán y Miguel Hidalgo), cuya población total en 2010 era de 5 mil 701 personas.

No era muy grande… Pero la violencia que ahí existía sí era mayor.

Se trataba de una loma plenamente urbanizada. Cercana a la línea que divide a los estados de Coahuila y Durango, sobre las ramificaciones más bajas de la Sierra Madre Occidental en su lado continental.

Al subir, saltaban a la vista una gran cantidad de casas deshabitadas y con altos niveles de deterioro.

Algunas fincas fueron abandonadas durante los años más violentos en el año 2008.

Había una ausencia histórica de servicios públicos, a pesar de que esta área fue de las primeras en ser construidas en la ciudad por su cercanía con el centro.

En la zona poniente de Torreón había una zona conocida como “Nuevo México”. Esta zona —desde que llegaron los narcos— empezó a ser desalojada hasta quedar vacía… Los únicos que vivían ahí eran “los Zetas”.

Dicho en voz de la gente: “Los Zetas llegaron y se apropiaron de las casas, los negocios, las calles, las viviendas” y sólo había dos opciones: o les entregabas tu casa… o te morías.

Todos los habitantes tuvieron que permitir que se invadieran sus casas. Muchos huyeron o murieron… Los sobrevivientes se mudaron a otros lugares.

Esas partes de Torreón eran zonas muy peligrosas y —si hubiera sido posible— lo mejor era “nunca entrar en ellas”.

Un segmento de jóvenes —20 a 27 años— había desaparecido.

Era una generación perdida. Un grupo olvidado. Cuya historia es muy parecida a otras regiones del norte de la República. Los jóvenes habían huido, o los habían matado…O quizá eran parte de los narcotraficantes.

Algo llamó nuestra atención: había un enorme caudal de jovencitos y niños que empezaron a aparecer con nuestra intervención.

Niños casi olvidados, pero llenos de energía y con muchas ganas de cambiar sus relaciones sociales.

Con ellos empezó nuestro trabajo, que sigue hasta el día de hoy dentro de la Cultura Urbana y el Festival Internacional Cervantino, a través del Circo Volador.

EL TORREÓN ACTUAL

Han pasado casi 10 años en Torreón y su realidad es muy distinta.

Se recuperó el barrio de manos del crimen organizado y se le regresó a los ciudadanos.

Fue un trabajo lento, difícil, apartidista y transexenal.

Se dice que el estado de Coahuila “está blindado”. La violencia se vino abajo. Ya no hay balaceras… Hoy todo está muy tranquilo.

Hoy su vida nocturna está en apogeo.

Por lo visto, “las personas” se mudaron a Celaya, Guanajuato, Chihuahua, Jalisco, Colima y Baja California… Entre muchos otros lugares.

LA CUEVA DEL DELFÍN

Algo se hizo bien en Torreón sin un sesgo político ¿Será?… Valdría la pena analizarlo.

¡Vientos huracanados!, si no me piden buscar a los Zetas nos veremos por acá el próximo sábado...

Comentarios, quejas y lamentaciones: Facebook Héctor Castillo Berthier / Email Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Pág. www.circovolador.org

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