El viernes antepasado el periódico El Universal, a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador considera acérrimo enemigo, publicó en sus ocho columnas lo siguiente…

“Pemex recorta privilegios a empleados de confianza. Les quita becas, caja de ahorro, limita prestaciones de energía eléctrica y arrendamiento de autos, y les cobra el uso del comedor, que implica un ahorro de más de 93 mil millones de pesos”…

Son medidas que, a pesar de que a la larga podrán ser benéficas, llegan tarde a una empresa estatal en quiebra, pero son festejadas por sus opositores porque, también a la larga, son remansos que le restarán votos al inquilino de Palacio Nacional, pues miles de empleados petroleros verán derrumbadas sus conquistas laborales y, a querer o no, arrastrarán a sus familias a niveles de pobreza…

De esto hay mucho que contar, porque, como dice el propio López Obrador, el pueblo es sabio y cuando resiente el desplome de su status, como está ocurriendo en otros sectores por creciente desempleo, las cosas no pintan bien y esto lo atribuyen a la mal llamada 4-T…

Y si no, al tiempo…