En un sector del frente morenista se escuchan comentarios lacerantes de política triunfalista, en ocasión de la reciente concentración en el Zócalo de la Ciudad de México…

Y los hacen sin el más mínimo respeto al pueblo que, entusiasta, se alista a participar en uno de los procesos electorales más interesantes, pero sobre todo preocupantes, no solo por los escenarios sangrientos que están ocurriendo, sino por el número cargos cívicos que están en juego…

Contrariamente, para fortuna del país, todavía hay quien inyecta conciencia a los confusos y hace ejemplares reflexiones a los imberbes políticos del momento y a los experimentados que, a todas luces, solo rezan para que se repita un triunfo electoral que les permita seguir en la posición política y económica alcanzada…      

Ejemplo de ello lo acaba de difundir el experimentado colega Julio Villarreal Arreola, quien escribió lo siguiente en sus redes sociales: “No sólo es asombroso el número de asistentes, sino histórico el detalle de la asistencia sin recompensa alguna por parte de los partidos políticos…

“A nadie se obligó a ir, fue una fiesta popular. Y muchos recordaron aquel compromiso de renunciar si "la oposición reunía cien mil personas en el Zócalo…

“En la Plaza Mayor caben exactamente 195 mil 252 personas, a razón de 4 por metro cuadrado, según reportaje de La Jornada. La Marea Rosa fácilmente llevó seiscientas mil almas”…

Bueno, así las cosas, la pregunta es si en aquel frente se asimila este ejemplar mensaje, porque entre la confiada posición de la candidata oficial, en el sentido de que solo es cuestión de pasar al trámite del resultado de las elecciones para que le levanten la mano, y el cacareo de personajes como el magistrado en retiro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Epigmenio Ibarra Almada, en el sentido de que “este arroz ya se coció”, se podría producir algo que en Palacio Nacional ya preocupa…

Que conste…