El pasado 24 de diciembre, el periódico Reforma difundió a ocho columnas que el Senado de la República marca opacidad en su gasto; que incumple con la Ley de Responsabilidad Hacendaria y que omite informar gastos y honorarios de los primeros 4 meses de esta 66 Legislatura…
La información documentada de dicho medio escrito refiere además que en la pasada 65 Legislatura que controló el morenista Ricardo Monreal Ávila, revela que gastó 57 millones 800 mil pesos en publicidad…
Pero desde aquí añadimos que durante ese mismo periodo parlamentario el Senado se ha negado sistemáticamente a transparentar los ingresos que ha recibido por la renta de oficinas donde empresas privadas ofrecen diversos servicios…
Se trata de los bancos Bancomer y Banorte; librería Porrúa; estacionamientos; y dos restaurantes que, según el secreto a voces que corre por pasillos del órgano parlamentario, estos últimos fueron concesiones a un familiar cercano al propio senador Monreal durante seis años…
Como se ve, no solo hay opacidad del manejo del dinero del pueblo que año con año recibe el Senado de la República vía el Presupuesto de Egresos, sino de los jugosos negocios en que convierten las instalaciones legislativas…
¿Queeeeeeee tal?
¿Pues no que no son iguales?…
Que quede para la reflexión para empezar este 2025…