Y se dicen independentes
Por Miguel Anguiano
“Es un honor, estar con obrador, es un honor, estar con obrador”, gritó al unísono el puñado de youtuberos que asistieron al encuentro que les financió y organizó el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, evento en el que también se escucharon expresiones de total entrega y dependencia de su líder, como, “lo queremos, señor presidente”, y, “más youtuberos y menos chayoteros”.
Esto ocurrió la mañanera de este viernes y el mandatario se veía radiante de felicidad, sobre todo, cuando en su turno los oradores le manifestaron todo el amor que le profesan y cuando acusaban a los medios convencionales de muchas “lindezas”, ubicándolos como lo peor del mundo, sonreía satisfecho.
Este evento lo organizó el vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, hechura periodística del finado Carlos Monsiváiz y reúne a youtuberos de algunos países para hablar de que son totalmente independientes, si, totalmente independientes, repudiar el “chayote”, pronunciarse contra todo tipo de periodismo tradicional y soltar las más diversas expresiones ideológicas.
Al aparecer la figura del mandatario mexicano en el salón de las mañaneras, los sedicentes informadores independientes enloquecieron de alegría y se entregaron al hombre con fervor extravagante, pocas veces visto en la historia del periodismo mexicano.
Fue un día de fiesta, de coronación a quien consideran inapelable líder y de entusiasmo por el anuncio de que la presidenta electa, Claudia Carlota, como la llamó el propio López Obrador en días pasados, continuará con las mañaneras y, supuestamente, con los mismos youtuberos, sin prensa nacional ni otros medios convencionales, todo lo cual se difundió por los canales de televisión del Estado, 11, 14 y 22.
Luego de escuchar los gritos de aclamación, López Obrador se dispuso a celebrar el reconocimiento a su figura y actuación como gobernante y con ese garbo soltó:
“Siéntense por favor. Miren, es tan especial este día y esta mañanera, que miren la corbata que me puse, águilas, de puras aguilitas, porque nos da, repito mucho gusto que estén aquí comunicadores independientes, mujeres y hombres. Es fundamental la comunicación, el noble oficio del periodismo. Rubén Darío decía…”
Así inició su acostumbrada narrativa que transportó a los escuchantes hacia las más diversas etapas de la historia y sus personajes protagonistas, para dar testimonio de su avasalladora cultura.
Y así también, en este evento que financió, inició otra más de las camorras que protagonizó durante todo su sexenio, para externar su odio a los medios informativos que le cerraban puertas cuando necesitó de promoción política:
“Antes, nosotros como opositores, padecimos mucho porque nos cercaban. Imagínense, hace 10 años, no hace mucho, eran dos, tres televisoras, y tres, cinco cadenas de radio, y 10 periódicos los que tenían el control, y ellos eran los que influían y formaban la llamada opinión pública, con una influencia total”.
Esto fue entendido por los participantes para que, llegado el momento de su oratoria, lanzaran todo su arsenal de reproches a los tiranos del periodismo.
Aquí llegó el momento de declarar su victoria y la tarea que deja a su sucesora:
“Nosotros nos sentimos muy orgullosos porque, por primera vez, esa prensa, esos medios completamente al servicio de los intereses creados no pudieron evitar la transformación de México, lo que se ha logrado hasta ahora por el impulso del pueblo, porque muchos hemos trabajado, millones de mexicanos en lo que llamamos la revolución de las consciencias. Y se ha logrado que el pueblo de México sea de los pueblos con más consciencia en el mundo, con menos analfabetismo político o de los pueblos más politizados del mundo”.
La repetición de aplausos y halagos dedicados al presidente pareció emborrachar de alegría a los súbditos que, ensoberbecidos por el momento que viven, soltaron palabras huecas al mostrarse indiferentes ante el llanto de madres, padres y familiares de personas desaparecidas plantadas en este momento frente a Palacio Nacional clamando ayuda.
Tampoco hubo interés en las balaceras que ocurren en Michoacán, Chiapas y Guerrero, y mucho menos de las consecuencias que se producirán con la reforma al Poder Judicial, noticias que difunden los tiranos del periodismo resaltando el terror que sufren los habitantes de esas, y otras entidades apoderadas por el crimen organizado.
Esto solo por mencionar hechos que demuestran que el horno no está para bollos y que son más los mexicanos que sufren la tristeza del abandono y muy pocos los que están feliz, feliz, feliz, como lo pregona el ya casi expresidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador.