Por: Luis Olmedo Iza Q. Kichwa / Pueblo Panzaleo

Enero 27 de 2020.- La protección de los bosques nativos y páramos andinos, va mucho más allá que la protección de los pajaritos y las plantitas, como algunos lo sugieren.

Estoy consciente que este artículo dará a notar, que tiene un enfoque antropocéntrico y egoísta, visto a la naturaleza sólo como elementos necesarios para el bienestar del ser humano, dejando de lado la vida de los animales y las plantas.

Me enfocaré en la importancia de los bosques nativos y páramos andinos en el cambio climático, dejando de lado los temas de ecosistemas, importancia medicinal, bellezas escénicas, etc.

Uno de los principales gases que influyen en la aceleración del cambio climático es el Dióxido de Carbono (CO2). Este gas se encuentra en concentraciones bajas en la atmósfera, aproximadamente un 0,03%. A pesar de sus bajos niveles, se trata del mayor impulsor del calentamiento global, consecuentemente del Cambio Climático.

Cada planta es una fábrica de oxígeno, por medio de sus hojas toma de la atmósfera el CO2, rompen estas moléculas en Carbono (C) y Oxígeno (O), una parte del Carbono se queda en la estructura del cuerpo de la planta y otra parte inyecta al suelo y libera el Oxígeno al aire. No está por demás decirles que el Oxígeno es absolutamente necesario para la vida misma del ser humano y de los demás animales. Sin oxígeno no hay vida.

Después de los océanos, los suelos de los páramos andinos y de los bosques nativos son los sumideros de Carbono más importantes del planeta tierra.

Los suelos de los páramos tienen una estructura especial, es producto de una combinación de materia orgánica, que se descompone muy lentamente en el clima frío, y de ceniza volcánica, los dos con alto contenido de Carbono, por lo que los suelos de los páramos se han convertido en la bodega de Carbono más importante.

Los bosques nativos acumulan enormes cantidades de carbono en la madera de los árboles en la materia orgánica muerta, así también, el suelo de los bosques son grandes depósitos de carbono.

La destrucción; el desbroce, la tala y los incendios de los páramos y bosques nativos liberan enormes cantidades de CO2 a la atmósfera.

Estas acciones humanas, producen la liberación del CO2 a la atmósfera y eliminan las fábricas (plantas) que captura CO2 y los convierte en oxígeno.  Estos hechos aceleran el cambio climático, que es el camino a la extinción del ser humano en la tierra.