Afirma el titular de Hacienda

El secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Manuel Urzúa Macías, acudió este miércoles a la Cámara de Diputados a ofrecer un panorama de la situación económica financiera que prevalece en México, los problemas que enfrentará para lograr la “cuarta transformación” y las expectativas para tener un México más justo.

Aquí sus palabras textuales pronunciadas ante los legisladores que integran la Comisión de Hacienda y Crédito Público:

“Déjenme empezar dándoles una visión de lo que es México, la economía mexicana, para tratar de señalar los problemas que yo veo que son fundamentales a resolver para poder crecer más y tener un México más justo.

Déjenme recordarles que México es un país diverso; es un país que tiene ya un PIB en términos de poder de paridad de compra mayor que el de Italia, nada más que Italia tiene una población dos veces menor que la de nosotros, nosotros dos veces mayor que la de ellos.

Tenemos un México donde en algunos estados realmente estamos hablando de sectores industriales, productivos, de primer mundo, y también tenemos un México muy pobre, lamentablemente muy pobre en algunos otros estados.

¿Qué es lo que ha sucedido en México en los últimos años? No voy a hacer un recuento de la historia económica de México, pero digamos, partamos de principios de este nuevo siglo.

Lo que ha sucedido en materia económica ha sido muy desilusionante, lo vamos a poner así. En el sexenio que va de 2000 a 2006, México creció en promedio alrededor de un 2.2 por ciento en términos del PIB. Si ustedes toman en cuenta que todavía nuestra población, el crecimiento poblacional es del orden de, probablemente, 1.3 por ciento, pues entonces se darán cuenta que el crecimiento promedio per cápita es muy pequeño, o fue muy pequeño en ese sexenio.

Desgraciadamente, también en el sexenio siguiente, es casi idéntico el crecimiento que se tuvo de 2006 a 2012, en promedio, relativo al crecimiento que se tuvo de 2000 a 2006. Y curiosamente, de nueva cuenta el crecimiento que se tuvo en este, en el último sexenio de 2012 a 2018 también arroja una cifra muy similar, en términos de crecimiento económico promedio.

Así no vamos a poder vivir de manera digna, no vamos a poder tener el país que merecemos todos y lo que yo quisiera, en este momento, tratar de hacerles ver, de entrada, son los posibles factores, algunos de los posibles factores que nos han limitado nuestro crecimiento en este siglo.

Ha habido, hay que reconocerlo, algunas crisis, sobre todo la crisis fuerte, conocida como la gran recesión mundial, no llegó a ser la gran depresión mundial del siglo 21, pero sí la gran recesión mundial, que inicia en 2008 y continúa, en nuestro caso, hasta 2010, 2009-2010, y en el caso de otros países siguió de frente por ejemplo en España siguió de frente hasta 2011-2012 y es esa caída en el PIB, que sobre todo tuvimos en 2009, que parcialmente explica el incremento en la pobreza que tuvimos en ese momento y que persiste aún hoy.

Hay que reconocer que esa caída, que pudo haber sido del orden posiblemente del 4.8 por ciento, ya no me acuerdo exactamente, no fue en principio debido a nosotros, porque fue una crisis, como ustedes saben, inmobiliaria en Estados Unidos y también en Europa, pero curiosamente, cuando nosotros acabamos el año de 2009, el año más duro para el mundo, 2009, acabamos, como les digo, con una caída casi del 5 por ciento, mientras que Estados Unidos, que fue uno de los culpables, por decirlo así, acabó con una caída del 2.5, la mitad, poquito más, 2.7 por ciento.

Entonces, ¿qué explica todo eso? ¿Por qué nos ha ido tan mal en las buenas y en las malas?

Bueno, hay varios factores. Yo diría que un primer factor ha sido la falta de inversión pública, la falta de inversión pública y también falta de inversión privada.

Cuando ustedes tienen un país, como es el caso en este año, donde la inversión púbica no cuente más allá de un, posiblemente, dos por ciento del PIB, y esa inversión pública —aparte de que es extraordinariamente baja— es de muy mala calidad, es decir se erogó un cierto número de pesos y se obtuvo a cambio una infraestructura muy pobre y algunas veces inconclusa, pues entonces ya ustedes deben esperar que el país no crezca.

Cuando un país tiene tasas de inversión pública de ese orden, y cuando la inversión pública es tan mala –ya sea por corrupción, ya sea por mala planeación, ya sea por lo que sea— pues ustedes realmente tienen que ser muy, pero muy optimistas para pensar que una economía puede crecer así.

También se necesita más inversión privada. Estamos un poquito mejor al respecto; ahorita la inversión privada ha de ser del orden de un 19 por ciento del PIB, no creo que lleguemos al 20 por ciento del PIB; ojalá fuera un poquito más, pero si ustedes suman las dos no van a llegar a un 21, 22 por ciento del PIB.

En cualquier país que se precie de tener una senda de crecimiento relativamente estable y significativa, la suma de la inversión privada y la inversión pública debe ser al menos, al menos, del orden del 25 por ciento. Estamos como cuatro o cinco puntos abajo del PIB. Estamos hablando de más de un billón de pesos, de un millón de millones de pesos que realmente nos faltan en el caso de la inversión.

¿Qué hacer? Ese es el problema, ¿qué hacer? Porque por otro lado, nosotros tenemos un sistema fiscal que es muy modesto en términos de recaudación, comparado no solamente con países de la OCDE, de donde nosotros somos miembros, sino también con países de América Latina.

Nuestros ingresos tributarios, quiten la parte de los derechos petroleros, impuestos petroleros, etcétera, no deben ser más allá de un 14, 14.2 por ciento, en este momento, del PIB. En la gran mayoría de los países de América Latina se tiene un 20 por ciento del PIB. Cuando nosotros tenemos ese porcentaje tan bajo pues, de nueva cuenta no podemos esperar mucho.

Yo sé que, por ejemplo, todo mundo quiere que en México se invierta un 8 por ciento del PIB en educación pública y privada, pero de dónde sale eso si nosotros tenemos 14 por ciento. Tenemos que –si es que no queremos incrementar impuestos, que esa es la instrucción y ese es el deseo del Presidente de la República— tenemos que recaudar mejor, tenemos que combatir más la evasión fiscal, tenemos que combatir más la elusión fiscal, porque si no, no hay manera.

Pero también les recuerdo que tenemos un problemita en el sector petrolero. El sector petrolero llegó un momento en que nos daba de recaudación 7 u 8 por ciento del PIB y ahora no llega ni al 4 por ciento del PIB.

¿Por qué tenemos ese problema? Por muchas razones, pero en particular por el... razones externas, la caída del precio del petróleo muchas veces, que nos ha afectado, pero también, hay que decirlo, por un desempeño pobre, un desempeño pobre por parte de PEMEX en los últimos años. Eso también tenemos que revertirlo, tenemos que cambiar.

Tiene que haber más inversión, ciertamente en Pemex, pero también tiene que haber una mejor administración en Pemex, tiene que haber más transparencia en Pemex, tenemos que acabar en lo posible con la corrupción existente en Pemex.

Esos son dos motivos por los que hoy nos encontramos en donde nos encontramos. Entonces ¿qué es lo que queremos hacer nosotros?

Lo que queremos hacer nosotros es lo siguiente —por nosotros quiero decir el gobierno federal actual—: lo primero que queremos hacer es reorientar el gasto hacia inversión en educación; es decir, si ustedes quieren, en capital humano, e inversión en capital físico.

Si no podemos reorientar el gasto y sacar más del gasto corriente a esos dos: a los seres humanos y a la inversión sobre todo en infraestructura pública, no hay manera que nosotros podamos crecer más allá de un 2, 2.5 por ciento, en promedio, a lo largo del tiempo y eso si no se cae la economía estadounidense, si la economía estadounidense se cae, pues olvídense, nos vamos con ella.

Somos todavía en este momento altamente dependientes, en el caso de nuestras exportaciones, de la economía estadounidense, que —dicho sea de paso— no somos los únicos, Canadá es igual. Nosotros, probablemente nuestras exportaciones, alrededor de un 78 por ciento de nuestras exportaciones se van a Estados Unidos, en Canadá debe ser casi igual un 75 por ciento simple y sencillamente por razones de proximidad.

El primer asunto esta tarde, reorientar el gasto, tener menos gasto corriente. Por gasto corriente no solamente estamos hablando de gasto de nómina, de servicios personales sino también en gasto en servicio de todo tipo; en gasto en combustibles, en gasto en coches, de todo lo que se llama la jerga presupuestaria de capítulo 1000; 2000 y 3000 mil.

Necesitamos reorientar parte de ese monto a inversión en la sociedad, en el capital humano y también en el capital físico. ¿Qué es lo que queremos decir con eso? Bueno, en el caso de capital humano estamos empezando a emprender me parece una de las tareas más difíciles que puede tener un país, y esta tarde en el largo plazo tener un sistema de pensiones justo, humano y un sistema de servicios de salud de primera línea y que sea gratuito para todos.

Eso en este momento no lo podemos hacer, obviamente, es algo muy costoso y no tenemos ni siquiera la gente para ello, pero eventualmente nos vamos a tener que mover para allá.

Déjeme darles dos ejemplos de la situación tan grave que tenemos en este momento, por ejemplo, en el caso de los adultos mayores. En el caso de los Adultos Mayores como ustedes saben, en la Ciudad de México, fue pionera la Ciudad de México en el gobierno del distrito federal que en aquel entonces el jefe de gobierno era justo el ahora Presidente de la República, en donde se crea este programa social de adultos mayores 68 años o más, que es ahora universal en la ciudad.

El gobierno federal de alguna manera copió un poco ese programa, nada más que lo copió para que no hubiera mucho impacto presupuestal, con límites. Entonces, en el gobierno federal se daba la mitad —porque éste es otro gobierno— de lo que se daba en la Ciudad de México, pero aparte, se topaba; la gente que tenía un cierto ingreso más allá de ese ingreso pues ya no podía percibir esa beca de adultos mayores, y era un ingreso bastante reducido, muy reducido de hecho, menos de 2 mil pesos al mes.

Entonces, la pregunta que uno se debe de hacer es: si es así, cuántos de los adultos mayores en México, fuera de la Ciudad de México podían acceder al programa La respuesta es casi dos tercios. Estamos hablando que casi dos tercios de los adultos mayores no tienen posibilidad de tener nada en términos de ingresos y depende totalmente de su familiar, cuando pueden depender de su familiar.

Eso es vergonzante, una sociedad que trata así a sus ancianos pues está simplemente siendo hasta suicida, no podemos darnos el lujo de ser, de tener, de despreciar inclusive,a los adultos mayores.

Entonces el primer paso que nosotros vamos hacer es extender el programa de 68 años o más al resto de la República va ser universal, es el primer paso para tener una pensión universal, como se tiene en muchos países del mundo. Yo sé que va ser muy modesta, estamos hablando de cantidades no muy grandes, pero es un primer paso; todo mundo va a tener acceso a ello, los que quieran tenerlo, que sean mexicanos y que tengan 68 años o más de edad.

Ese es un primer paso y eso es donde vamos a abocar, a dirigir parte de nuestros recursos, no es mucho porque déjeme recordarles, que hay otros programas, por ejemplo, en Prospera; hay un programa o había un programa donde se contemplaba cierta cantidad para adultos mayores, todos esos piquitos de ahí, por aquí, por allá, por allá se van a usar para completar la bolsa de los adultos mayores.

Entonces estamos hablando de eso, creo yo que el segundo programa importante en términos de inversión, en capital humano, inversión para tener una sociedad más digna será en el caso de las becas.

Va haber un sinnúmero de becas que todas van a ser canalizadas, a través de la Secretaría de Educación Pública a todos los niveles, este va a ser una, va a ser difícil, digamos, encontrar dinero para ello, pero lo vamos a encontrar y va a haber becas de todo tipo, millones y millones, para millones y millones de mexicanos jóvenes.

Y el otro, creo yo, más importante programa nuevo en este gobierno será lo que se conoce como Jóvenes Construyendo el Futuro, como ustedes saben la situación de muchos jóvenes en México, pues es muy precaria.

En España le llaman ninis a aquellos que no estudian ni trabajan, a mí me parece que es una ofensa que nosotros estemos usando este término en México, porque en España se dice ninis porque los jóvenes que no están estudiando ni pueden trabajar, pueden tener acceso a un seguro de desempleo, acá no, aquí no hay ninis, acá en todo caso hay gente que no ha tenido la oportunidad de seguir estudiando, pero tienen que trabajar, tienen que trabajar lavando coches o vendiendo chicles, aquí no hay ninis.

Pero, ciertamente, esa calidad de trabajo, en el caso de los jóvenes, pues es algo donde ni ellos ni nosotros como país vamos a llegar a ningún lado.

Tenemos que hacer algo y para tratar de hacer algo el gobierno Federal está proponiendo que, hay diferentes estimados acerca de cuánta gente está en esta situación, cuántos jóvenes están en esa situación, pero se estima que quizás alrededor de un 2.3 millones de jóvenes mexicanos que en este momento no estudian ni trabajan, estarían dispuestos a acceder a ese programa, no quiere decir que todo mundo va a acceder a ese programa, ahora, no es fácil.

Primero recibir todas las solicitudes de los jóvenes, verificar que las solicitudes son de buena ley, tener después, porque como ustedes saben la idea es formarlos como aprendices de oficios, desde cocina hasta pintura, soldadura, etcétera, etcétera y eso requiere que la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde y su gente puedan encontrar también tutores en empresas que estén dispuestos a hacerlo.

Entonces, va a ser un proceso largo, es un proceso que va a tomar, ciertamente, varios años para poder abarcar a toda esa población, pero que se está diseñando con muchísimo cuidado y recuerden no solamente es un asunto de justicia social, sino también es un asunto de autodefensa, si quieren, por parte de la sociedad.

El tener jóvenes sin empleo y sin esperanza, sin autoestima puede significar muchas cosas para un país, y algunas cosas pueden no ser tan buenas como uno quisieran que fueran.

Entonces, este programa se debe pensar, también, no solamente como un programa social, sino un programa estratégico casi casi de seguridad pública. Eso son los tres grandes programas, hay otros, pero esos son los tres grandes programas.

En el caso de inversión en infraestructura, pues ustedes saben que para empezar se va a doblar el presupuesto que se tuvo este año, para empezar para darle mantenimiento a las carreteras, nuestras carreteras federales, ya no estamos hablando de las carreteras estatales y las rurales en particular, pues están en un estado poco, poco, que diré, poco transitable, vamos a ponerlo así, poco dañado.

Tenemos que cubrir los baches en tantas carreteras federales para empezar y se está duplicando el presupuesto en eso y además se abrió un nuevo Programa de Caminos Rurales que se va a empezar en estados, donde se requieren con más urgencia, tanto el empleo como tener caminos rurales más dignos que no sean terracería pura o algunas veces brechas, inclusive.

Ese Programa de Caminos Rurales va a hablar el Presidente de la Republica, este fin de semana sobre ello. Se pretende que tenga un alto contenido de trabajo por parte de la gente que vive en esas comunidades, se trata no de llevar muchísimas máquinas, sino de involucrar a la comunidad en su conjunto para que construyan sus carreteras.

Otro programa, digamos el que quizás ustedes pensarían que es icónico, podría serlo en este gobierno, pues es como ustedes saben el Tren Maya

El Tren Maya es un tren que se pretende que tenga de longitud mil 500 kilómetros, es un tren que va a pasar por varios estados, va pasar por Tabasco, por Campeche, por Yucatán, por Quintana Roo y por Chiapas.

Es un proyecto sumamente ambicioso que pretende ayudar con mucho al turismo en esa región. Al Presidente de la República le gusta decir que es, probablemente, el lugar más bello del mundo por visitar, ya una vez que tengamos todos -nada más que aquí no hay nadie de Campeche, a lo mejor-, pero todos pensamos en Chichén Itzá, en todos esos grandes lugares, pero en Calakmul todavía hay maravillas a un más imponentes.

Cuando Calakmul acabe de ser desarrollado va ser realmente conmovedor, inclusive yo diría, presenciarlo y transitar por él.

Este Tren Maya va pasar por, se pretende eso, cerquita de las ruinas de Calakmul en particular. Va a haber por muchos lados, cerca de Chichén Itzá, Cancún, Tulum, etcétera.

Este proyecto es muy ambicioso, y que pretende tener no solamente financiamiento por parte de la federación, sino también por parte del sector privado. Va a depender de los tramos, hay tramos que son realmente muy rentables; el tramo que va de Cancún a toda la parte de debajo de Quintana Roo, es realmente rentable, en términos turísticos, pero también en términos de transporte de gente.

La gente que ha estado por allá entre Cancún y Playa del Carmen, todos los días, en las vías, parece peor que el periférico, porque todo mundo se está moviendo de un lugar a otro, entonces ahí vamos a tener un tren no solamente desde un punto de vista turístico, que va ser muy importante, pero también desde un punto de vista normal de trabajo, de carga inclusive.

Va a depender de la zona y en algunas partes va a haber más, ciertamente, inversión pública, pero en otras más inversión privada. La idea es hacerlo de manera conjunta.

Hay otro tren que ya existe, pero existe en una situación un tanto lamentable en este momento, que es el tren del istmo, en realidad ya existe; lo que se pretende hacer ahí es unas nuevas vías para poder tener trenes de alta velocidad -por cierto, en el caso del Tren Maya se pretende tener depende del tren, va a haber trenes de carga, de personal, pero también trenes turísticos entonces necesitan velocidad.

Estamos hablando de tener trenes que pueden moverse a 160 kilómetros por hora entonces no es cualquier cosa; porque aparte recuerden que por esas zonas de Yucatán hay muchos cenotes, entonces no es enchílame otra, se tiene que tener mucho cuidado.

En el caso del istmo es igualito, ya existe un tren desde hace mucho tiempo una vía de tren. La idea es mejorarlo para tener un tren mucho más rápido y sobre todo de carga que conectaría, por supuesto, a Salina Cruz con Coatzacoalcos; se pretende tener una gran inversión en ambos puertos y se pretende tener ahora sí, si ustedes gustan no un competidor del Canal de Panamá, pero ciertamente algo muy interesante para muchas empresas que no quieran irse hasta Panamá.

Se está conectando en efecto, el Istmo en su parte más angosta debe ser un poquito más de 200 kilómetros, no más que eso, entonces estamos hablando de algo que puede ser muy interesante.

Hay muchos otros proyectos, si quieren hablo rápido sobre Pemex, en particular, porque es algo que le interesa mucho al Presidente de la República y nos interesa mucho a todos los mexicanos, y no por otra cosa, sino porque se nos acaba la vaquita lechera. Como les digo el petróleo acabo dándonos casi el 8 por ciento del PIB, entonces ustedes se imaginarán.

Hay lo que se pretende, lo ha dicho muchas veces el Presidente, tener una mejor administración, tener un organismo muy transparente, muy eficiente, pero también tener más inversión. Y se está pensando, ya lo dijo el Presidente de la República este fin de semana, se está pensando en una nueva refinería en Dos Bocas, se está pensando también en darle mantenimiento y mejorar a las seis refinerías que tenemos, que por una u otra razón han mejorado cuando se han erogado, en los últimos años, decenas de miles de millones de pesos con ese propósito.

Se va a mejorar la producción de fertilizantes y otros productos, yo creo que aquí me voy a quedar, déjenme nada más decir entonces, lo que quiero que se lleve en mente es:

Uno, tenemos que invertir en capital humano, sobre todo jóvenes, y también por justicia social tenemos que ser justos con los ancianos.

Dos, tenemos que invertir más, mucho más en infraestructura pública y tenemos que invitar a muchas empresas a venir. Las empresas privadas por supuesto de México, pues son las mejores, y espero que inviertan mucho. Pero también esperemos que llegue una inversión privada alta del resto del mundo, hay muchos países que están muy interesados en invertir en México, sobre todo en infraestructura pública, como ustedes saben, y este es el momento para traerlos y darles las mejores condiciones posibles.

Es muy injusto cuando en México, espero que ya nunca más se diga, pero algunos funcionarios públicos decían “no pues los salarios no pueden aumentar, porque primero tiene que aumentar la productividad de los trabajadores”. A ver, qué quiere decir eso, para empezar un salario mínimo, pues es mínimo precisamente porque debe ser el salario que le permita a una persona vivir con cierta dignidad, y obviamente nuestro salario mínimo no permite a la gente vivir con cierta dignidad. Pero aparte hablar y decir que los mexicanos son improductivos es profundamente injusto; es verdad, hay sectores donde por, digamos Pemex, el número de personas que hay ahí y su producción, ciertamente no son muy productivos, comparado con otras empresas del mundo, ya lo van a ser, esa es nuestra meta que ellos sean tan productivos o más que cualquier empresa, que Shell o EXXON, pero por el momento no lo son.

Pero, por ejemplo, en el sector automotriz nuestros trabajadores son altamente productivos, son muchísimo más productivos que casi cualquier trabajador en el mundo.

Entonces, eso de andar hablando de baja productividad de los mexicanos es incorrecto, y aparte me parece a mí una ofensa porque no es simplemente así”.

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