PARA HOY JUEVES------------------

Ya le habían toma la medida y EU se irritó

Al haber ordenado al ejército mexicano que fuera liberado cuando ya lo tenían a buen recaudo en Culiacán, Sinaloa, hace poco más de tres años, el presidente Andrés Manuel López Obrador encumbró en el mundo del hampa a Ovidio Guzmán López, de apenas 30 años de edad, lo que provocó discreto, pero profundo enojo, de las autoridades de Estados Unidos.

Pero esta inconformidad del poderoso y más importante socio comercial de México se fue agudizando también de manera discreta, al grado de que en medios diplomáticos de ese país se comenzaba a filtrar la necesidad de advertir al gobierno mexicano que “o ustedes detienen a Guzmán o nosotros lo hacemos”.

Esto, porque a partir de esa fecha su país registró notable incremento de distribución de fentanilo, droga que tantas muertes provoca entre los consumidores y que en Estados Unidos está aumentando la demanda entre miles de jóvenes, lo que también obligó a que esas autoridades ofrecieran una recompensa de cinco millones de dólares a quien diera información que llevara a la captura del temible y joven delincuente mexicano.

De acuerdo con versiones oficiales del medio diplomático recogidas por esta Grilla en el Poder, México en las Noticias, este asunto se lo tenían bien guardado al mandatario mexicano, porque con esa acción el delincuente se envalentonó, reorganizó sus filas de combate, sacudió con fuerza inaudita a sus bandas rivales y reconstruyó el tráfico de la droga que tanta aceptación tiene entre los norteamericanos, después de la cocaína y mariguana, el fatal fentanilo que por consecuencias obvias deja multimillonarias ganancias a los narcotraficantes.

Las “fuentes” consultadas refieren que en el último año medios de información del vecino país del norte difundieron estadísticas que clasificaron como preocupantes, porque el número de muertes entre su juventud por consumo fentanilo procedente de México, comenzaba a aumentar de manera impresionante.     

De ahí que este asunto le fuera planteado cada vez con mayor frecuencia al secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard Casaubón, quien a su vez lo transmitía al presiente Andrés Manuel López Obrador, quien, todo parece indicar, ahora, a unos días de tener la visita del presidente norteamericano Joe Biden, y del canadiense Justine Trudeau, toma al toro de los cuernos para que sus colegas no lo exhiban en la X Cumbre de Presientes de América del Norte con reclamos sutiles que le repercutan en esta coyuntura de estrategia política a la que está entrando México.

Las señales, pues, se darán la próxima semana que empieza ese encuentro de mandatarios y, una de dos, si el mandatario estadounidense se muestra indiferente y solo hace sutil referencia a la recaptura de Guzmán Loera López, el asunto quedará únicamente para el seguimiento de la obligada extradición.

Pero si Biden profundiza el tema en alguno de sus discursos públicos, quedará de manifiesto el mensaje de que a Estados Unidos le interesa hacer algo para evitar que su país verdaderamente deje de ser inundado del fatal fentanilo.

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