En México, el uso tradicional de las plantas en las comunidades indígenas y mestizas se ha preservado a través de una larga herencia y ha sido importante para su cultura e idiosincrasia. La mayoría de estas tradiciones surgieron en los rituales y ceremonias de civilizaciones precolombinas, pero otras se originaron después de la evangelización católica.
El investigador Rodolfo Solano Gómez, adscrito al Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional-Unidad Oaxaca, en esta entidad el uso de las plantas en las festividades es vasta, debido a su gran diversidad florística y cultural. En este estado, por ejemplo, es muy apreciado el lirio amarillo (Prosthechea karwinskii), una orquídea que se extrae de su hábitat para venderse como adorno en los mercados de la Mixteca y los Valles Centrales de Oaxaca.
“Y particularmente esta flor se usa en los adornos que los habitantes de Zaachila (municipio que pertenece a la región de los Valles Centrales de Oaxaca, su cabecera municipal se localiza 17 kilómetros al sur de la ciudad de Oaxaca) y otros poblados cercanos colocan en templos y altares durante la Semana Santa. Indudablemente es en Zaachila donde este uso representa toda una tradición y, aunque P. karwinskii es la planta más apreciada para ello, no es la única especie empleada, pues se usan otras 25 especies de plantas en una tradición muy arraigada entre la comunidad católica”, dijo en entrevista el doctor en ecología para la Academia Mexicana de Ciencias.
Uso de plantas
Solano Gómez informó que las tres plantas que más usan los pobladores de Zaachila —en cantidad— son: el junco rojo (Disocactus ackermannii), la disciplina (Huperzia sp.) y el lirio amarillo, siendo esta última la que presenta “problemas serios para su conservación en Oaxaca”, debido a la extracción de ejemplares silvestres para su uso en Semana Santa. En los lugares donde naturalmente crece se han encontrado poblaciones muy disminuidas y sobreviven básicamente por especímenes muy longevos.
“Cuando la gente se lleva la flor y el pseudobulbo que produce ésta no permite la reproducción sexual, entonces no deja la posibilidad de que haya nuevas plantas que se pudieran incorporar a la población, entonces el impacto ecológico en esta planta en particular sí está siendo severo porque las poblaciones afectadas ya no están creciendo y su diversidad genética puede estar disminuyendo”, explicó.
Ante este escenario, el biólogo consideró que esta orquídea o lirio amarillo es una planta a la que se le podría crear un plan de rescate y manejo basado en los ejemplares usados para los festejos de la Semana Santa, “porque lo que los pobladores usan para adornar es un pseudobulbo (tallo) de la planta con su flor, y un ejemplar en estas condiciones le cuesta trabajo asimilar agua y nutrientes para incrementar su biomasa y seguir creciendo. Así que su cultivo deber ser en condiciones adecuadas de invernadero o en un sitio con clima similar al hábitat del lirio amarillo, ya que la planta requiere de suficientes horas frío en invierno para que pueda dar flores en la primavera”.
Aunque la cabecera municipal de Zaachila podría ser un lugar con demasiado calor para la orquídea, al ser un municipio grande cuenta con zonas cercanas a los dos mil metros sobre el nivel del mar, “lugares donde hubo lirio amarillo y se acabó... estos sitios podrían ser adecuados para este plan de manejo, pues ahí podría instalarse un invernadero rústico y sería más económico que crear un invernadero que tuviera todas las condiciones (humedad, temperatura, sombra) ambientales controladas”, agregó el investigador.
Plantas de Semana Santa
De acuerdo con el artículo “Plantas utilizadas en la celebración de la Semana Santa en Zaachila, Oaxaca, México” (disponible en www.scielo.org.mx), en el cual participó Solano Gómez, Prosthechea karwinskii resulta ser la planta más apreciada para conmemorar dicha celebración católica por su color amarillo y agradable fragancia.
Este lirio amarillo se colecta en encinares de las montañas que rodean los Valles Centrales de Oaxaca; antes se extraía en los cerros cercanos a San Pablo Cuatro Venados (a 15 km de Zaachila), pero hoy la especie es muy escasa ahí (o ha desaparecido del lugar) y los “concheros” (grupo de personas que colecta las plantas) tienen que viajar a Santa María Sola y San Juan Bautista, en el distrito de Sola de Vega, donde también se observan densidades bajas para esta orquídea. Por ello, en los últimos años los “concheros” se han trasladado a localidades de la Mixteca oaxaqueña para colectar el lirio amarillo, lo cual provoca un impacto por extracción para uso ceremonial en poblaciones del lirio amarillo que antes no estaban afectadas.
Se les llama "concheros" porque utilizan conchas de caracoles como instrumentos de aire para convocar a los habitantes una vez que regresan del viaje de cosecha. Hay tres grupos de “concheros” y cada grupo tiene la misión de colectar una planta en particular: la disciplina, el junco rojo y el lirio amarillo. Estos "concheros" participan en esta tradición por tres razones principales: la promesa hecha a un santo para colaborar con la decoración de su capilla; para colaborar con el comité y seguir manteniendo la tradición y, por iniciativa propia. Cada grupo viaja a una localidad donde los integrantes saben que crecen las plantas que van a buscar y donde han colectado en años previos.
Los habitantes de Zaachila elaboran ocho diferentes adornos con las plantas cosechadas por los "concheros": ramilletes, lecho de cristo, tocados para sombreros, adornos para canastos de carrizo, guirnaldas, reja hecha con madera, rama de pino adornada y floreros.
El Martes Santo el comité organizador de cada barrio y sus invitados se reúnen en las orillas del pueblo bajo la sombra de nogales para presenciar el regreso de los "concheros", siendo recibidos con música y baile. Ahí mismo se hace la repartición de las plantas para empezar a elaborar los diferentes arreglos. Una vez terminados se hace la elección del comité que se encargará de organizar los festejos para el próximo año. Después, los miembros del comité actual y el público reunido trasladan los arreglos a la capilla de cada barrio acompañados por una banda de música; durante el recorrido el presidente del comité regala flores de lirio amarillo a los habitantes que presencian el recorrido, mientras que los asistentes participan bailando entre ellos.
Para el Jueves Santo en todos los barrios se decoran las capillas, colocando los ramilletes y demás adornos en sus entradas, interiores y altares, permaneciendo ahí el resto de la Semana Santa, hasta ser removidos y reemplazados por flores blancas el Domingo de Pascua. Es entonces cuando las personas que fueron a colectar los adornos y otros habitantes del mismo barrio pueden llevárselos a sus casas.
Lirio amarillo y la ciencia
Para este año en particular se ha podido entablar comunicación con los pobladores para recolectar algunos ejemplares del lirio amarillo, por un lado, para seguir con la idea de la reproducción de esta planta y porque también tiene propiedades farmacológicas importantes. “Hemos reportado que P.karwinskii tiene propiedades para tratar problemas de obesidad, por lo que queremos ampliar esa investigación”, dijo Solano Gómez.
En un artículo publicado en 2017 en Alexandria Journal of Medicine (https://www.sciencedirect.com/journal/alexandria-journal-of-medicine/) se da cuenta por primera vez que los extractos hidroalcohólicos de P. karwinskii mejoraron los parámetros clave asociados a síndrome metabólico usando un modelo de rata. Al final del tratamiento los animales que recibieron el extracto de la planta tuvieron una reducción en los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos y tejido adiposo.
Según el investigador, las plantas medicinales juegan un papel importante en la introducción de nuevos agentes terapéuticos como fuente de sustancias biológicamente activas con propiedades antihiperlipidémicas y antihiperglucémicas, entre otros efectos.