En las últimas semanas el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador no solo se ha congratulado desde su escaparate mañanero por recientes revelaciones del INEGI, en el sentido que los programas sociales de la 4-T han sacado de la pobreza a cinco millones de mexicanos…
“Estoy muy contento, es más, ya me puedo ir muy, pero muy satisfecho de haber contribuido al bienestar de millones de mexicanos”, ha dicho con singular alegría el inquilino de Palacio Nacional, pero cuando aparecen investigaciones sociales de organismos internacionales que opacan ese escenario que tanto festeja, calla como momia…
Aquí una perla de lo que acaba de difundir la Organización para la Cooperación, y el Desarrollo Económico, OCDE, difundido en varios periódicos de la Ciudad de México el miércoles pasado:
“En su informe anual sobre reformas estructurales, el organismo mundial indicó que México tiene un índice de brecha de miseria de 34.2, por encima del promedio de 28.7 que registran los otros 37 países miembros…
“Debido a esto, la OCDE recomienda a México establecer un esquema federal de seguro de desempleo y programas de reintegración para estudiantes, porque presenta uno de los mayores niveles de pobreza y desigualdad de ingreso entre los 38 países miembros de este organismo, aún después de recibir las transferencias alimentadas por los impuestos…
“Esta posición exige esfuerzos continuos para fortalecer la protección social para que sea más eficiente a los ciclos económicos, tareas que también tendrían que orientarse a reducir las brechas de género y mejorar la educación”…
Así las cosas, el juicio de la historia sexenal se acerca con rapidez y será alimentado, para bien o para mal, con lo que ocurrirá en este último año que le queda de gobierno a don Andrés que tanto festeja algo que los investigadores internacionales no ven por ningún lado…
Interesante, ¿no?...