*En política los escenarios se construyen sobre caminos sinuosos

¿De veras la jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum está convencida de que tendrá una competencia interna tersa en su partido, Morena, por la candidatura presidencial del 2024?

Surge la pregunta, porque hace algunas semanas la mujer hizo sorprendente declaración que, o raya en lo ingenuo o de verdad no ha asimilado la forma en que la está manejando el dueño del partido donde milita.

“En Morena no veo una ruptura, pues la elección del candidato a la Presidencia de la República, mediante una encuesta, no genera rupturas”, palabras textuales que le dijo a René Delgado, quien la entrevistó recientemente en el periódico El Financiero, día en que, además, la encuesta que alguien patrocina para medir el nivel popular del presidente Andrés Manuel López Obrador, registra baja constante, al grado de que ahora el pueblo sabio y mucha pieza lo está reprobando con un 57 por ciento.

Además, de todo el mundillo político es conocido aquel encontronazo que se produjo a finales del año 2017 y hasta mediados del 2018, entre doña Claudia y el hoy todavía líder de los senadores morenistas, Ricardo Monreal Ávila.

Y también es harto conocido que el motivo de ese pleito, fue que don Ricardo quería ser candidato de Morena para gobernar la capital del país, posición que disputó, con todo, la actual jefa de Goberno y así se produjo el sonado desencuentro que prevalece.

De igual forma es sabido que para calmar ese pleito tuvo que intervenir el actual presidente Andrés Manuel López Obrador y logró convencer a Monreal con sus argucias acostumbradas, para que desistiera y dejara el camino libre a Sheinbaum, quien a la postre se convirtió en jefa de gobierno.

Bueno, pues ahora esto viene a cuento, porque el encontronazo sopla con vientos que paulatinamente se convierte en tornado entre ambos personajes, porque todo hace suponer que López Obrador está dispuesto a llevar de la mano a Claudia a la candidatura presidencial para el 2024 y luego operar desde todos los frentes para hacerla ganar y pasar a la historia como el mandatario que abrió el camino para que por primera vez México fuera gobernado por una mujer.

Eso está más que cantado en la arena política, por mucho que otros se empeñen en filtrar que el candidato presidencial de Morena será Marcelo Ebrard Casaubón, a quien, todo parece indicar, le tiene preparo el argumento de que “yo no elegí a Claudia, fue el pueblo con su voto en la encuesta que hizo nuestro partido”.

¿Y entonces qué pasará?, pues que el canciller se molestará y construirá su rumbo para dar la pelea en la contienda presidencial y no se descarta en esa vorágine se sume Monreal para saciar sus venganzas políticas que arrastra desde el 2017 y tampoco se descarta que también en esa revuelta morenista el PRI opere para recuperar a sus antiguos militantes, hoy enquistados en el morenismo, y dar la pelea a don Andrés.

Recuérdese que en política los escenarios se construyen sobre caminos sinuosos y pocas veces serenos y como van las cosas, tanto en Morena, como en el PRI, uno que busca fortalecer su estancia en el poder para trascender y otro que está en peligro de desaparecer, cualquier alianza se puede producir si se imponen terquedades conocidas.

Que quede para la reflexión y que conste, está dibujado el escenario.

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