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*Interesante lucha por el botín empresarial

*Afloran cloacas y clanes de ambición política

Este viernes se llevará a cabo el Consejo Nacional Mensual del Consejo Coordinador Empresarial, pero no es cualquier reunión, pues este mismo día saldrá ya oficialmente humo blanco en el organismo.

Es decir, Carlos Salazar Lomelín, un regiomontano que por muchos años fue director general de Femsa Coca, será electo con el voto mayoritario de los organismos con voz y voto que conforman al CCE.

Pero con la llegada de Salazar se espera un viraje del organismo cúpula del sector privado que se quitará de encima a un nefasto clan encabezado por el expresidente Gerardo Gutiérrez Candiani, quien por cierto luchó hasta el último momento junto con su comparsa Juan Pablo Castañón para evitar que llegara Salazar.

Obviamente querían imponer a un incondicional de ellos porque se les acabará la mina de oro.

Un pobre CCE que Gutiérrez Candiani exprimió y dejó aparentemente en números rojos, sin que el actual presidente Castañón Castañón pudiera hacer nada para recuperar sus finanzas.

Todo empezó con la terca y "extraña" idea de Gutiérrez Candiani de comprar un nuevo edificio en Sócrates 124, en Polanco, para el Consejo, inmueble que por cierto no necesitaba adquirir porque tenía ya en propiedad el de Lancaster 15 en la Zona Rosa.

Sin embargo, el oaxaqueño Candiani se empecinó en hacer la operación y luego contrató un arquitecto que aparentemente le habría remodelado su casa.

En el clan que se oponía a la llegada del próximo presidente del CCE Salazar Lomelín, están también dos ex presidentes, por cierto muy grises en su perfil y en su gestión, Mario Sánchez Ruiz y Armando Paredes.

Pero el garlito se les cayó y se les acaba el veinte. No quería soltar Gutiérrez Candiani la ubre´, pues es un hombre sumamente ambicioso, además de grillo, cuya familia en Oaxaca no precisamente goza de una gran reputación.

Es conocido por ser un hombre hábil, pero abusivo. Que lambisconeó al gobierno anterior porque quería ser gobernador de su estado y lo más que logró fue que Peña Nieto le diera su chocolatito nombrándolo jefe de las Zonas Económicas especiales y que además tenía siempre mujeres guapas a su lado.

Ese clan se acaba y ahora con la llegada de Carlos Salazar Lomelín se espera un verdadero cambio y una actitud conciliadora con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aunque Salazar deberá comenzar por recuperar las dañadas finanzas del organismo que secaron sus dos antecesores.

Sólo para mencionarlo, Gutiérrez Candiani vivía en un departamento de super lujo en Bosques de Las Lomas, cuya renta pagaba el organismo y siempre trajo guaruras y vehículos blindados con cargo a la institución, mientras el actual presidente Castañón continuó con la tradición, pero no hizo nada para mejorar la economía del máximo organismo cúpula.