*Cumbre de veletas

Finalmente, la ciudad de Los Ángeles sirvió de escenario para la celebración del amontonadero (que no reunión), de presidentes del hemisferio, asistieron los que no tenían mayor quehacer, o los que iban (como siempre) a pedir que los ayuden para tratar de sacar adelante sus economías o gobiernos. Sin proyectos, propuestas o soluciones.

Estas cumbres solo han servido para reciclar o refritearse los mismos proyectos que desde hace años se han discutido en los mismos foros y hasta la fecha, no han pasado de ser la forma protocolaria de cubrir el expediente, y el pretexto para presentar la nueva urgencia u ocurrencia a la Casa Blanca.

Y si tiene usted alguna duda de lo que acaba de mencionar, le recordaré cuáles fueron los resultados de la VIII Cumbre de las Américas en Lima, Perú, en abril de 2018: “Los presidentes, primeros ministros y cancilleres asistentes firmaron el ‘Compromiso de Lima’, un acuerdo de 57 puntos que contiene acciones concretas para la lucha contra la corrupción en diferentes áreas de Gobierno”*.

“La estrategia incluye el fortalecimiento de las instituciones y la autonomía e independencia judicial, transparencia y acceso a la información, protección de periodistas y personas que investiguen casos de corrupción, incrementar la confianza de los ciudadanos, prevenir la corrupción en contratos públicos y en el financiamiento de campañas en periodos electorales, entre otros”*.

Eso fue lo que se firmó en Perú hace 4 años y curiosa o coincidentemente ese mismo tema volvió a mencionarse en Los Ángeles, el pasado miércoles. ¡Qué casualidad!

¿Usted cree que porque firmaron veintitantos mandatarios un papelito se acabó la corrupción, se terminó con el financiamiento ilegal para elecciones, se protege a los periodistas o se tiene un respeto irrestricto al poder judicial?

Y un dato adicional que no sé por qué los jefes de redacción o información de los periódicos no mencionaron: “en la Cumbre de Perú, se le retiró la invitación a Venezuela”* y nadie… absolutamente nadie se sintió ofendido, discriminado o consideró un agravio o humillación tal decisión por parte de ese país.

El presidente de EE. UU. Joe Biden, por su parte anunció la creación de la Asociación de la Prosperidad de las Américas, para llevar asistencia sanitaria al continente y un programa de coordinación para la migración ordenada en el hemisferio. Supongo que será una forma de hacerle la competencia con sus médicos a los cubanos, que como ya nos enteramos, son una excelente fuente de ingresos para la cúpula de la ínsula.

Lo dicho por Biden de original no tiene nada y ya será cosa de ver si en dos años (cuando termina su periodo), logra concretar algo. A su vez la señora Kamala Harris, en su papel de vicepresidenta, anunció una inversión conjunta con empresarios de 3 mil 200 millones de dólares a los países expulsores de migrantes a fin de parar las caravanas multitudinarias que atraviesan nuestro país para quedarse en la frontera.

Así pues, se perdieron la fiesta además de los tres indeseables; Bolivia, Honduras, Guatemala, El Salvador, Uruguay y México. Y según los reportes de prensa, redes sociales y medios audiovisuales, tampoco nadie derramó una lágrima o lamentó que esos singulares personajes hubiesen despreciado la aglomeración de mandatarios para aprovechar la oportunidad y solicitar una cita con los dos gallos del evento: Justin Trudeau y Joe Biden.

El verdadero problema que está sufriendo el continente, además de las secuelas de la pandemia, las repercusiones por la invasión rusa a Ucrania, la inflación a nivel mundial (ya cercana al 10% en algunos países), la consecuente escasez de alimentos, los desencuentros y conflictos regionales, así como el rezago científico y tecnológico que han provocado los bandazos de los gobiernos latinoamericanos. Es la falta de liderazgo por parte de Estados Unidos y Canadá, así como el veletismo de los países en todo el hemisferio, que cuando no les hacen caso, lo mismo buscan acomodarse con los chinos, que con los árabes, los rusos o cualquiera que les pueda ayudar a salir de su falta de desarrollo.

El cambio contrastado de los gobiernos en el continente como en Brasil, Perú, Bolivia, Honduras, El Salvador, Guatemala, México, etc., la falta de seriedad institucional, la permisividad con el narco, la corrupción, la delincuencia y la inseguridad, las acciones por conveniencia y la falta de previsión y sustentabilidad de los modelos económicos regionales, han influido terriblemente para orillarnos a la situación de incertidumbre y falta de crecimiento de los últimos años.

Así que montarse en la primera ocurrencia de la pandilla o del rico de la cuadra, no creo que vaya a solucionar nada. Pero pelearse con el principal socio comercial que tenemos y de quien dependemos en más del 80% es mucho peor todavía.

Y todo ese circo a cambio de qué. ¿Qué ganó México con esas bravatas? O como diría el maestro Samuel Ramos, ¿Cuándo nos van a cobrar el desplante del mexicano enano? No todo mundo es tan prudente como el vecino Joe.        

*https://www.aa.com.tr/es/mundo/resultados-y-acuerdos-de-la-viii-cumbre-de-las-am%C3%A9ricas-en-per%C3%BA/1119281

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