*Elecciones, igualdad y convicciones

Afortunadamente desde principio de año inició la invitación masiva para la marcha del próximo 26 de febrero, que ya cuenta con una amplia aceptación por parte de los chilangos, pero ésta será la fase II de la que hicimos el 13 de noviembre pasado ante la tozudez, impertinencia, necedad o rabieta de un individuo que se sabe prácticamente derrotado en las elecciones del 2024.

En verdad que es muy satisfactorio que a diferencia de procesos anteriores, desde ahora los ciudadanos tengamos claros los serios y graves resultados que en los hechos tiene nuestro actuar cívico en la elección de nuestros representantes y gobernantes, que como hemos visto se les dota de facultades, recursos y poder que nos pueden llevar a la catástrofe, al ridículo o a la desgracia.

No está de más recordar que entre sus acepciones la elección de una persona es el “proceso que permite elegir a tu empleado ideal de entre los postulantes”*. Y la convicción es estar convencido de algo o la “idea religiosa, ética o política a la que se está fuertemente adherido”**. Es decir; para seleccionar o elegir a una persona entre varias, se debe tener un conocimiento suficiente para saber con qué clase de individuo estamos tratando y que nuestras ideas, conveniencias o intereses personales no nos nublen la capacidad de decisión para su designación. Se trata de escoger al que mejor desempeño pueda tener en beneficio de nuestra comunidad, no de su clan, partido o facción.

Y si existe algún escenario de igualdad en nuestro país de las desigualdades, es en las elecciones donde verdaderamente nos igualamos. Cuenta igual el voto de un albañil, que el de un ingeniero; el de un arquitecto que el de una cocinera; el de un doctor en medicina o en física que el de un camillero; el de un banquero que el de un pordiosero o de un obispo que el de una pecadora o pecador contumaz.

 ¡¡Por favor no permitamos que nos modifiquen eso!! Es la única garantía de imparcialidad que existe, ya que somos nosotros mismos quienes contamos y atestiguamos el proceso…eso no puede cambiar bajo ninguna circunstancia. 

Lo anterior lo menciono en un tono verdaderamente serio, pues desde ya, es el mejor tiempo de repasar cuál ha sido nuestro desempeño político como sociedad en los últimos años, puesto que se nos ha querido uniformar y confrontar con la frase mágica de “pueblo” bueno y malo, es que me permito presentarle  los datos de la investigadora Viridiana (Viri) Ríos, quien hace pocos días escribió: “El no-pueblo mexicano no es parte de movimiento político alguno, por el contrario, se vive a sí mismo fuera de ellos y de la política.

De hecho, el 72% de los mexicanos están poco o nada interesados en la política, y el 81% reporta que nunca o casi nunca habla de política, de acuerdo con el Latinobarómetro. La participación en las elecciones es, además, muy baja. De un padrón electoral de 95 millones de votantes potenciales, típicamente solo el 62% vota en las elecciones presidenciales. En las intermedias, el porcentaje cae al 48%, menos de la mitad”.

“El no-pueblo, que es la mayoría, no habla de política y no le importa la política. Sus preocupaciones son el día a día, y no encuentran ni en Morena, ni en nadie, una fuente de profundo entusiasmo. De hecho, el 76% de los mexicanos no se siente identificado con ningún partido político y el 42% está tan decepcionado de la política que considera que las elecciones no ofrecen opciones reales para elegir entre partidos y candidatos. El pueblo es más apático de lo que Morena nos ha querido hacer creer”.

“De hecho, si las campañas políticas cuestan tanto es precisamente porque los políticos saben que el no-pueblo abunda, y que ante ello, para ganar una contienda es necesario movilizar mediante organizadores profesionales, negociaciones y apoyos”***. Y muchísimo dinero añadiría yo.

 Lo anterior nos describe con puntualidad cómo nos hemos comportado cívica y políticamente, pero también quiero ser lo suficientemente claro en recalcar que si los personajes (impresentables muchos de ellos) que se montan en el carricoche de la política y ahí siguen, también es por culpa nuestra; de los electores, ya que basta con mandarlos a freír espárragos en las elecciones y tirar a la basura los mini-partidos comparsa y exigir con nuestra decisión el cambio de candidatos.

Estoy perfectamente consciente que los pobres mexiquenses y los coahuilenses se debaten entre lo nefasto y lo peor, pero aun así hay miles de formas mediante la participación para mejorar a los mequetrefes que ocupan los cargos.

Los partidos políticos en ocasiones nos la ponen muy difícil y por eso muchos prefieren hacer carnes asadas, torneos de futbol o campeonatos de cerveza los domingos de elección.

Baste con revisar las ofertas políticas de las candidatas a gobernar al Estado de México. Delfina Gómez Álvarez dijo en Texcoco: “¡Con la fuerza del pueblo mexiquense no hay imposibles!  Este Pueblo nació para vencer y somos el cambio que ganará en el Estado de México. Este año será recordado como el año de la dignidad mexiquense, el año que la luz de la esperanza venció a la oscuridad del miedo. Vamos a vencer a los 100 años de horror, porque somos esperanza” ¿¿¿????

Y no solo eso, sino que todavía les recetó: “Frente al odio de los de siempre… el amor del pueblo. Frente a la mentira conservadora… la verdad transformadora. Y frente al chantaje de los corruptos… la dignidad de los morenistas mexiquenses que ni se compra, ni se vende.

Cuando uno escucha los testimonios de resistencia de nuestras mujeres y hombres que han vivido sin rendirse bajo la sombra de 100 años de horror y todavía albergan esperanza en su corazón, uno entiende que este pueblo está hecho para salir adelante; estamos convencidos de que este pueblo nació para vencer y que los mexiquenses somos mucho pueblo para vivir de rodillas”. ¿¿¿???

Pero la señora Alejandra Del Moral Vela también destacó grandilocuente como ella sola: “Por ustedes hoy puedo decir contundentemente, ya les ganamos la precampaña, hoy tomamos Texcoco y les vamos a ganar la elección. Estos son mis valientes, vamos a caminar juntos, vamos a conquistar las calles y vamos a ganar la confianza de los mexiquenses”.

Todavía más: “para ser gobernadora del Estado de México se debe ser valiente, enfrentar el reto con pericia política, atreverse con inteligencia y sudar en carne propia la contienda, además de hacer camino al andar, ir al frente de la batalla y jamás esconderse en la retaguardia”. ¿¿¿???

De economía, salud, investigación científica, desarrollo del campo, educación, hospitales, carreteras, internet, desarrollo industrial… nada.

Entre el horror de los 100 años de una y los que hacen camino al andar de la otra, creo que los mexiquenses llegarán más pronto que nadie al barranco de la historia.

Yo sé que la elección es casi imposible, pero como dijera mi padre “con estos bueyes hay que arar”.

Ya sé que la labor no es fácil pero no es diciendo que los gobernantes no sirven como se arregla el asunto, para eso estamos los ciudadanos para hacer que sí funcionen o mandarlos al carambas.

¡¡La decisión es nuestra. Ojalá ya la tomemos!!

“Hay que elegir convencidos y optimistas”

 *https://www.bizneo.com/blog/seleccion-de-personal/

**https://dle.rae.es/convicci%C3%B3n

*** https://www.milenio.com/opinion/viri-rios/no-es-normal/el-no-pueblo?utm_medium=most-viewed-fir

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